Mi cuenta
    Stella
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Stella

    Primera juventud

    por Carlos Reviriego

    Aunque sea el tercer largometraje dirigido por la actriz Sylvia Verheyde, 'Stella'es el primero en estrenarse en salas españolas. Una elección afortunada y un gesto derecuperación que honra a la recién creada distribuidora Good Films, que se estrena en laesclerótica maquinaria de la distribución cinematográfica con una película quehace honor al nombre de la compañía. Verheyde echa mano de sus propiosrecuerdos, de las reminiscencias de su primera juventud (esa edad, en tornoa los once y doce años, en los que infancia y adolescencia se superponen),no con la intención de exorcizar viejos fantasmas, sino con la de ofrecer unelegante, conmovedor y lúcido viaje en el tiempo para reflexionar sobre laeducación sentimental y la toma de conciencia adolescente.

    Narrada en primera persona, entre la ironía y la desconcertante honestidad,el presente de la voz en off de Stella (interpretada con enorme confianza porla debutante Léora Barbara) transcurre durante 1976-1977, que coincide consu primer año en la escuela secundaria, incluidas las vacaciones veraniegasal norte del Francia. "Tengo miedo de todo. Todo el tiempo", dice Stella,quien procedente de la clase media-baja parisina se siente automáticamentedesplazada en el ambiente de un colegio de alcurnia y postín, al que, no seexplica por qué, le han ingresado sus padres. Antes de aprender gramática,Stella aprendió a jugar al póquer con los clientes habituales del negociofamiliar, un bar en París que es también el hogar de la familia, y cuya atmósferaadquiere un enorme peso en su aprendizaje vital. En cierto modo, como elAntoine Doinel de 'Los 400 golpes', Stella vive inmersa en la confrontaciónde dos mundos muy desiguales, de conductas morales contradictorias: laseveridad del colegio y la flexibilidad de su hogar. También como Doinel, estestigo de las actividades adúlteras de su madre y del alejamiento de suspadres, y encontrará refugio a su soledad en los libros y en la hermosa amistadque entabla con su compañera de clase Gladys (Mélissa Rodriguès), hija deunos intelectuales argentinos tan inteligente y curiosa como ella.

    Con un tono tragicómico y una sensibilidad muy particular (aquella que sólopuede proceder del recuerdo), el filme otorga a su protagonista cierta cualidadde heroína, o más bien de personaje novelesco. Más que la exposición deuna trama, Verheyde apuesta por la evocación de un sentimiento (el vértigo yla extrañeza de "las primeras veces"), prestando gran atención a la atmósferay los detalles, de manera que virtualmente la película está a pocos pasos deser un documental sobre aquel periodo. Un documental estilizado, en todocaso, pues un aura chic se apodera inevitablemente del film, reforzado porel importante empleo de chanson francesa de la época (Guichard, Sheila,Lenorman, etc.). Stella, la película, se apodera de la insólita energía quedesprende Stella, la protagonista, sin renunciar a la emoción pero sí alsentimentalismo, llegando a la complejidad desde la más admirable sencillez.

    A favor: La precisión emocional del relato y sus intérpretes.

    En contra: El escaso desarrollo de ciertos personajes satélites.

    ¿Quieres leer más críticas?
    Back to Top