Una secuela sin sentido
por Rodolfo SánchezTras una carrera basada en títulos de terror y de acción, Dwigh H. Little, por otro lado un director sin interés alguno, se hizo cargo de la dirección de Liberad a Willy 2, lo cual resulta sorprendente. O no tanto. A fin de cuenta se trataba de sacarle partido al gran éxito de la primera película sobre el niño y la orca y para ello cualquier director medianamente capacitado para situar la cámara en algún lugar y dejar que el diseño de producción se encargue de todo era válido.
Y Little cumple su función: una dirección convencional para desarrollar un guion medida y bien concebido pensando en un tipo de espectador concreto. El problema es que, salvo para esta clase de espectadores, Liberad a Willy 2 no tiene demasiado sentido salvo los posibles dividendos que diera en taquilla en busca de crear una nueva franquicia. Por lo demás, una narración simple y directa, que introduce elementos étnicos además que ecológicos para que aparentemente no parezca tanto un producto comercial como sí una obra concienciada y educadora.
A favor: Que es tan simple que entretiene a cualquiera.
En contra: Que al final no queda claro para qué se ha realizado esta secuela.