Sencillamente brillante, sensible, cautivadora, humana. Teñida de realismo, desde los matices más comicos y entrañables a los más dramaticos crudos y reales resulta,cuanto menos un film humano hasta la saciedad, que invita al espectador a sentir, soñar, creer en algo, valorar lo diferente. Todos sus actores nos ofrecen unas interpretaciones verdaderamente increibles y más que convincentes.
Para aquellos que sin duda pondrán en duda lo justo o no de ese Oscar a Sandra Bullock, he de decir que, en todo momento, se ve a la señora Leigh Anne Touhy y llegas a olvidarte de Sandra, lo cual es decir mucho de una actriz de su fama y encasillamiento. Muestra mucho más que una fe religiosa, muestra la tremenda esperanza y confianza en la bondad del ser humano, del hombre. Imprescindible.