Secuestros de un matrimonio
por Diana AlbizuLa historia detrás de 'Atrapado por amor' es realmente trágica, pues se trata de un guión póstumo de Adrienne Shelly, actriz-directora-guionista que ganó relevancia en el mundo indie tras triunfar en el festival de Sundance con 'La camarera' (2007), que su amiga Cheryl Hines llevó a la pantalla después de que la autora muriera asesinada en su apartamento de Nueva York en 2006. Así, la única incursión en el mundo de la realización de Hines (más conocida por sus trabajos de actriz, por ejemplo como la mujer de Larry David en 'Curb Your Enthusiasm') se convierte en un acto de amor hacia el recuerdo de su amiga, sin una marcada ambición artística detrás.
Pero lo cierto es que esa mera intuición formal apoyada en las inercias de una producción mediana termina por resultar muy adecuada para una historia que apenas sale de un cuarto de baño. Ahí es donde la enfurecida Louise (Meg Ryan, esforzada) aprisiona y ata con cinta americana a su marido Ian (Timothy Hutton, no está a la altura) ante la perspectiva de que se divorcie para irse a París con su nueva novia, Sara (Kristen Bell, coge el punto a su personaje desde el minuto cero). Y también donde tienen lugar los mejores momentos de la película, en los que los personajes se ven forzados a compartir espacio y defenderse mediante palabras, no actos. El problema es que, sin saber cómo de terminado estaba el guión de Shelly, Hines no parece tener fuerza (ni interés) para potenciar todavía más el enclaustramiento, y acaba saliendo al rutinario exterior. Encima, clarifica toda la ambigüedad de la historia con una bochornosa confirmación final que ningún espectador inteligente necesitaba.
A favor: El tono teatral y de apuesta por un espacio cerrado.
En contra: La nula sorpresa una vez agotada la premisa.