Un equipo de rodaje se dirige hacia España para comenzar a rodar su próxima película. Pero cuando el director quiere empezar a rodar una de las escenas en las que su estrella Gérard tiene que cruzar un río nadando, el actor se muestra reticente a realizar la secuencia porque le tiene miedo al agua. En ese momento, el director tendrá que buscar a un doble de acción que sea capaz de completar las escenas que el titular no ha podido. El que le sustituye es Antonio, un pescadero de la zona, y lo hace tan bien que le dan un papel como matón en el resto de la película. Aunque ello no complace a su mujer, Lola. Y no le falta razón porque Antonio termina locamente enamorado de Martine, la estrella femenina de la cinta.