Misterio y enredo para llegar a un final más que sorpendente, que hace olvidarse un poco las virtudes del resto de la cinta, que las tiene.
Los actores están realmente geniales, sobre todo hay que destacar el trabajo de Kim Catrall, que ya brilló en Sexo en Nueva York y que aquí borda el papel de la asistente.
No parece una película de Polanski, pero por ello no deja de ser tan buena como todas sus películas.
Pierce Brosnan se luce como nunca y es que parece que ha hecho un pacto con el diablo porque cada vez tiene más atractivo, debe de dormir con la cabeza dentro del congelador porque si no, no me lo explico.
Por muy manido que esté el tema de descubrir a un asesino, tipo juego del Cluedo, la película merece la pena.