Darren Shan es un buen estudiante que pasa el tiempo con su amigo Steve y no suele meterse en líos. Pero el destino hace que un siniestro circo ambulante se cruce en su camino. Un vampiro llamado Larten Crepsley (John C. Reilly) se ofrece a los chicos como mentor y les propone unirse al Circo de los Extraños, que ofrece un espectáculo con criaturas monstruosas como el Chico Serpiente, el Hombre Lobo, la mujer barbuda. Darren no tarda en convertirse en una codiciada presa tanto para los vampiros como para sus letales enemigos, los "vampenezes". El chico tratará de evitar que la inminente guerra acabe por arrancarle la poca humanidad que le queda.
Una película de terror con una ambientación muy oscura, con ese rollo noventero de los thrillers a lo Fincher, tiene buenos efectos especiales y algún plano interesante como esos picados que acentúan esa situación de tensión. Pero la obra resulta muy pobre e insustancial. Partimos de dos protagonistas adolescentes, el estudioso y buen chaval que sin pensarlo mucho tira todo su futuro por la borda para convertirse a vampiro para ayudar a su amigo, un incompetente y rebelde, con una vida muy desestabilizada y sin futuro alguno, quien ha caído en coma por perseguir a una araña sumamente venenosa del tamaño de su pie. El amigo macarrilla terminará por aliarse con los enemigos de los vampiros, donde encontrará un mentor y una figura a seguir, algo que carece en su hogar donde convive con una madre alcohólica e incomprensiva y un padre desaparecido. Vemos que todas sus malas acciones vienen a raíz de un pasado desastroso que ha ido transformando en rabia acumulada. Por otro lado nuestro cerebrito viene de una familia acomodada, con unos buenos padres pero sobreprotectores, que no le dejan evolucionar y que lo ven como una máquina de sacar buenas notas que no se puede permitir hacer otra cosa porque podría ser nocivo para su brillante futuro. Esa transformación a vampiro también supone un paso a la madurez y a la liberación, ahora él es el responsable de sus decisiones y de su vida, ya no es un niño sino un adulto.
A partir de esto la obra quiere plasmar otra idea en el subtexto. Nuestro cerebrito ya como vampiro quiere ser inofensivo pero su sed de sangre lo hará peligroso, y no es voluntaria, no la puede controlar y esto suma mucho más peligro aún. Vemos la clásica historia de Jekyll y Mr Hyde, una persona que trata de ser noble y pura pero sus instintos más primitivos afloran sin preguntar, trata de ser Jekyll pero siempre acaba siendo Hyde, hasta su redención final donde tras una sosa escena y un discurso simplista, da a entender que se hará responsable de sus instintos más peligrosos y la parte más bondadosa de su corazón hará un esfuerzo para pararlos.
Tampoco es mala película, es entretenida y tiene algo que la hace hasta tierna, pero el guión es una debacle, los escritores han abierto muchas puertas para luego no mostrar nada de lo que hay detrás de ellas, mucha falta de cohesión y de coherencia en las escenas y diálogos y muy muy insustancial. Busca ser profunda pero no lo es, no profundiza más allá de regalar un par de frases bonitas para el trailer, y dios mio que soso que es Chris Massoglia, el resto del cast está bien pero él madre mia... Aún así muy artesanal y con alguna cosa rescatable.