La clave para entender esta estrambótica, excéntrica película es el primer minuto de la misma, estar atento a la pequeña introducción que explica unos de los protagonistas; el pequeño discurso que se ofrece, nada más empezar, da sentido a todo el caos, desconcierto e incertidumbre que vas a presenciar. El ser humano es pasión, arrebato y emoción sentida con vehemencia pero, dejarte llevar por ellas te aleja de la felicidad; debemos alejarnos, mantener el orden, la disciplina y guiar nuestra vida por el más puro raciocinio aunque, cuidado!!! cuanto más a salvo te creas de ellas, mayor será la caída!!! Y, esos dos extremos -control frente a confusión caótica-, es lo que representan los dos protagonistas, interpretados con mucho esfuerzo y excelente resultado por un Edward Norton que, encantado con este original y atrayente guión, se involucra también en la producción. Una banda sonora perfecta para una historia extraña y diferente -de manera muy interesante-, que destaca sobremanera sobre cualquier relato que hayas visionado últimamente, que te manipula y altera constantemente sin saber por dónde saldrá o hacia qué lugar se va a dirigir. Jerarquía auto-impuesta que es bruscamente interrumpida, detonada por una vorágine incontrolable frente a la cual, nada cabe excepto dejarla actuar. El guión es muy rico, con un intercambio rápido de diálogo que esconde más información de la que en principio parece; escuchar y estar atento a este relato, difícil y complejo de definir -las muñecas rusas sería un buen ejemplo, unas dentro de otras hasta llegar al gran origen, miedo esquivo que lo mueve todo-, que vas a degustar con satisfacción sin saber muy bien por qué. Ahora, te aseguro, no te dejará ni indiferente ni insensible!!!