Nunca podremos volver a casa
por Carlos LosillaNo es este un biopic de Walt Whitman, como podría dar a entender el título. Sin embargo, algo tiene que ver. Por un lado, las hojas de hierba aluden al aroma de la obra magna de ese poeta, pionero del espíritu norteamericano, de un vitalismo trascendental en el que la naturaleza y el modo de vida del Nuevo Mundo quedaban exaltados como en un vendaval lírico. Por otro, más a ras de suelo, son las que fuma Brady Kincaid (Edward Norton), un traficante de poca monta de un pueblucho de Texas que obliga a volver a casa a su hermano gemelo Bill (también Edward Norton, en un sugerente doble papel) para que le ayude en unos asuntos que se le han complicado. Pero Bill es profesor de filosofía, huyó del pueblo porque no soportaba aquel ambiente y ni siquiera ha visto a su madre (Susan Sarandon) en muchos años. Las cosas se complicarán y el retorno no será, ni mucho menos, como se esperaba. Esta película, dirigida por el actor Tim Blake Nelson (que se reserva un sustancioso secundario) no es lo que parece: a la vez comedia ácida, thriller perezoso y tragedia familiar, serpentea por diversos tonos en un sorprendente tour de force cada vez más reflexivo y sombrío.
En efecto, no es habitual ver una película americana en la que se hable no solo de Whitman, sino también de Heidegger o Aristóteles. Nelson lo consigue con toda naturalidad, incluso de un modo divertido, en algunas de las conversaciones entre los dos hermanos. Pero no teman, no este un film pedante, ni siquiera petulante. Lo que importa son los giros, esos momentos en que todo cambia y la vida ya no parece como era, se muestra desde otra cara a la que debemos hacer frente. Y entonces, ni las artimañas de Brady ni los libros de Bill son capaces de arreglar las cosas. Solo queda afrontar el azar y tratar de que las cosas salgan lo mejor posible. 'Hojas de hierba' es una película sobre el modo en que los sueños se vienen abajo, y en que volver a casa, como decía Nicholas Ray, se vuelve imposible. El gran dilema americano, en fin.
Sin embargo, Nelson (guionista, además de director) nunca juega a la gravedad impostada, ni mucho menos a forzar las situaciones para conseguir un retrato solemne del mundo que filma. Su ritmo tiene más que ver con el de algunos narradores compatriotas suyos, como Richard Ford o Richard Russo, que sitúan sus ficciones en espacios limitados, en lugares remotos de la geografía americana, y se dedican a observar existencias mínimas, zarandeadas por el destino y un entorno social depresivo y feroz. Pues 'Hojas de hierba' no es sólo esa película que hemos descrito, sino también una prospección de la América profunda y olvidada, de sus modos de vida, a medio camino entre la 'Arcadia' que imaginó Walt Whitman y el pudridero en que se ha convertido, azotada por sucesivas crisis y una política administrativa que la mantiene en un sistemático olvido. En esto se ha convertido el país de las oportunidades.
A favor: Su voluntad de no ser lo que parece, de ir siempre más allá sin dejar de ser fiel a sí misma.
En contra: A veces los cambios de ritmo, los giros narrativos, son demasiado forzados, y se imponen a la película con una cierta arbitrariedad.