Crítica de SensaCine.com para Edén al Oeste: Epopeyas de los cuerpos migrantes

No es tarea fácil discernir si el cine del griego Costa-Gavras se ha ido simplificando con el paso de los años, el mundo se ha vuelto más desesperadamente complejo o nosotros hemos entrado en una espiral de cinismo irremediable. El caso es que lo que en títulos como 'Z' (1969) o 'La caja de música' (1989) podía conquistar nuestra emoción e incluso despertar conciencia política parece haber perdido efectividad directa en su producción de la última década, no siendo 'Edén al oeste' ninguna excepción. No se trata de una mala película, pero la terrible odisea que tiene que pasar el protagonista Elias (Riccardo Scarmarcio), procedente de un país mediterráneo indeterminado, para buscarse la vida en la supuesta Europa del progreso (el huracán de la crisis económica ya empezaba a arreciar durante la preparación del film) peca de simplismo en su mosaico simbólico de las distintas nacionalidades con las que el protagonista se va topando camino de París. No obstante, 'Edén al oeste' es una película indudablemente entretenida, pero no siempre libre de sentimentalismo espúreo.

A favor: La expresividad física de Riccardo Scarmarcio apenas pronunciando palabras.

En contra: Cuando Elias llega a París, la película entra en una espiral de subrayados grotescos que no parece tener fin.