Sorprendente. Esta película es uno de esos raros productos que le llama a uno desde la vitrina de la tienda pero sin gritar, un leve "Estoy aquí", me sonaba, la compré, la ví y aluciné.
Por muchos motivos, me esperaba un Van Helsing, historieta de pseudoterror con personajes fantásticos, mamporros y luchas voladoras, y me encontré con una pieza fascinante. Lo primero, la sinapsis es ridícula, no tiene nada que ver con la trama, lo segundo, engaña.
Me sonaba el personaje, Solomon, de algo, pensé en los anuncios de la película, pero no era eso, el padre de la criatura era el mismo que Conan.
Sorprendidos? Yo también, descubrí varios textos que contraponen estos dos "hermanos", Conan como la máquina de matar que siente algún atisbo de amor y Solomon que creyéndose puritano y encomendándose al Altísimo pone orden donde hay caos, sin excusas, sin moral alguna, pero ambos, seres que cumplen su función.
Esta película es una sorpresa, la única pega que me atrevería a señalar es que la ambientación más parece de un aldea del siglo X que del siglo XVII, por la luz que emana o su ausencia, por los castillos, redadas, etc... pero también pudiera ser que, aunque Solomon parece un puritano y no lo es, Howard sí lo era, así tal vez el reflejo de ese ambiente tenga que ver con la visión fantasmagórica y pecaminosa del autor al relatar el Mal.
Al margen de esto, el vestuario es admirable y las peleas y muertes son bastante gore, pero nada de chaladuras volantes, más bien bastante creíbles, la historia engancha, está bien hilada y refleja bien la historia de este personaje, justiciero y verdugo. Un hombre religioso, con una complicada historia familiar debe encontrar y entender quién es y quién quiere qué de él.
Fascinante y sorprendente.