Huida del modelo 'chick flick'
por Nestor HidalgoEl punto de partida de 'En la boda de mi hermana' resulta interesante: Beth, la protagonista interpretada por Kristen Bell, es una programadora de arte en el Guggenheim de Nueva York que, de visita en Roma por la boda exprés de su hermana, comete la imprudencia de robar un puñado de monedas de una fuente, lo que provoca que quienes las lanzaron se enamoren inmediatamente de ella. Lo que podría ser el planteamiento de una típica comedia romántica con ligera excusa sobrenatural (y, la mayor parte del tiempo, la película no renuncia a serlo), obtiene un tratamiento más divergente gracias a la determinación con la que Beth intenta librarse de sus pretendientes. Cada uno de ellos parece proceder de un subtipo de chick filck diferente (están el estrafalario gracioso, el atractivo egocéntrico, el talentoso torpe, incluso el maduro improvable), pero todos van siendo rechazados de forma sistemática por ella... sin que el comportamiento resulte afeado o "sancionado" por la narración.
Dejando de lado la (inevitable) presencia del personaje de Josh Duhamel, que al final será el candidato "correcto" y legítimo para el happy end de rigor, la Beth de Kristen Bell es una profesional decidida a que los arquetipos del cine romántico de Hollywood no interfieran con su vida y rechaza el papel que le asignaría una aproximación ortodoxa al género. Sólo por esos momentos de rebeldía, podemos decir que la película de Mark Steven Johnson (desastroso director de 'Daredevil' o 'El motorista fantasma' antes de ésta) merece la pena.
A favor: Las intervenciones de Will Arnett y Rosamund Hanson.
En contra: No deja de tener un happy end reaccionario de comedia romántica al uso.