"Un Ciudadano Ejemplar" es un interesante thriller de acción, dirigido por F. Gary Gray, y protagonizado por Gerard Butler. El film comienza mostrando a una tranquila familia, que es asaltada en su propia casa. Clyde Shelton (Gerard Butler), el cabeza de familia, ve de manera impotente el asesinato de su mujer e hija. Sin embargo, a la hora del juicio, el resultado acaba siendo muy insatisfactorio para el protagonista, realmente no se hace ni mucho menos justicia ante la brutalidad del crimen que se cometió. Lo cierto es que incluso el principal criminal, acaba agradeciendo al abogado del protagonista el resultado final tras la sentencia del juicio. El espectador se pone en la piel de Clyde, y siente un gran estado de impotencia. Ese malestar por haber perdido todo y por el que ni siquiera verá como los criminales reciben su merecido. La justicia no ha sido capaz de sentenciar merecidamente a los asesinos y el dolor se vuelve profundo y lacerante. La trama se va desarrollando de forma sólida y cada secuencia viene precedida de un antes. Lo que se llama orden secuencial, que le dieron ese toque duro pero frágil que una historia cómo esta merecía.
No cabe la menor duda, que la sociedad en la que vivimos está corrupta y corrompida. Esta cinta es el reflejo de los sueños que más de uno hemos tenido, cuando desgraciadamente escuchamos las noticias a diario. Nuestra mente se convierte en la mente de un vengador sin escrúpulos, que colgaría a todos aquellos que en nuestro nombre imparten clases de justicia y buen gobierno, se nos cae la cara de vergüenza ajena al ver que nuestros iguales juegan con nuestro dinero, pero sobre todo con la vida de personas. Es más barato para aquellos que son capaces de cometer crímenes, el cometerlos, por ejemplo: una persona maltrata a otra físicamente hasta el punto de acabar con su vida, pues bien, ese asesinato le cuesta menos de diez años de prisión, con lo que en el caso del asesino de género, le resulta más fácil matar que separarse y pagar una pensión, o al menos ese es el mensaje que transmite las leyes actuales en muchos países "civilizados".
La película es un excelente thriller de acción, donde al espectador se le inoculan por partes iguales dosis de esa misma acción y crítica a un sistema democrático podrido. Si analizamos bien la cinta, se puede llegar a concluir que no versa sobre la venganza, que es lo que puede parecer cuando se visiona el tráiler, sino sobre la impotencia hacia la injusticia, el desprecio a la corrupción, y el último término en sobrepasar los límites de la cordura. F. Gary Gray elabora una trama que atrapa al espectador desde el primer momento, sin por ello ser menos consciente que tan ingenioso punto de partida, nos acabará dando gato por liebre. Sin falsos embalajes, ni retóricas de pretendido autor, asistimos al de un filme que va directa al grano, disfrutable en la simplicidad de personajes y situaciones, sin poder ocultar que el aroma fascistoide impregne su mensaje. La banda sonora es notable, encaja muy bien con las escenas, los efectos especiales están muy logrados, el guión bastante cuidado, y un ritmo excelente, manteniendo al espectador enganchado de principio a fin.
Las actuaciones son correctas, Gerard Butler encarna a Clyde Shelton, en una interpretación notable. El papel de un estratega perfecto camuflado de ejemplar y civilizado ciudadano hasta que le tocan tanto la moral, que acaba convirtiéndose en un producto de lo que se ha estado hablando, corrupción social e injusticia a la orden del día. Un hombre capaz de poner patas arriba todo un sistema que parece incontestable, pero que no deja de ser una ilusión de democracia y armonía. Llegando a inspirar miedo e inquietud en ocasiones, su sonrisa sarcástica y su constante tranquilidad hacen que la tensión sea aún mayor. Jamie Foxx interpretó a Nick Rice, con una actuación que cumple su cometido. Representa la practicidad y la hipocresía de un sistema que tiene muchos fallos, esa hipocresía se convierte en tragedia cuando lo que se está haciendo es impartir justicia a una víctima en grado superlativo. Colm Meaney, Leslie Bibb, Josh Stewart, Viola Davis, Bruce McGill, Regina Hall, Annie Corley y el resto del plantel de secundarios, están bien elegidos para dar vida a los demás personajes.
En definitiva, impactante, absorbente y original. Una cinta franca, honesta, con la pretensión de mostrar lo que al final mostró: un deseo humano más simple de analizar de lo que mayormente se podría pensar. Es una clara crítica a la justicia en sí, donde según como se levanten abogados y jueces o más dinero se pague, puedes ver como los asesinos de tu familia campan a sus anchas cerca de tu domicilio. Impactante denuncia que consigue hacerse del sistema judicial norteamericano, al que tantos acusan de estar penosamente viciado, lo que lo convierte en vergonzosamente inequitativo, lleno de lagunas y de corrupción administrativa, al tiempo que, de tanto en tanto, es la causa primigenia para que un nuevo ciudadano decida tomarse la justicia por su mano.