Crítica de SensaCine.com para Viernes 13: Un Jason prescindible

Remake del clásico de Sean S. Cunningham, Viernes 13 recupera el popular "slasher" que contó más de la decena de secuelas con el único cometido de ponerle caras actuales y bonitas al filme de culto de los ochenta y hacer pasar por taquilla a las nuevas generaciones utilizando como reclamo esta franquicia del terror juvenil, los motivos "fumeta" y del bebercio y el cruce de todo ello con unas libidos a flor de piel. La previsibilidad de un guión poco hábil resulta torpe y anodina, y además hay muy poco esfuerzo en presentar/describir a personajes que serán casi exclusivamente carne de cañón. Se perpetúan los roles sexistas y se levanta una oda en honor al amor fraternal.

Sabemos que asistiremos a una sucesión de sangrientas desapariciones de los personajes, presentados tras un dilatado prólogo (que sintetiza los orígenes), pero el filme tiene muy poco éxito en construir un suspense eficaz que nos haga partícipes de sus temores y conflictos, que además resultan demasiado estereotipados (por ejemplo, la competitividad entre "machitos"). En realidad, a uno le da bastante igual quién será la siguiente víctima y cómo se desarrollarán las ejecuciones. Uno querría una mayor aproximación al microcosmos de Jason Voorhees o manifestaciones más sugerentes que las plasmadas por la cámara de Marcus Nispel, realizador de origen germánico que firmó El guía del desfiladero y el remake de otro "slasher" de culto, La matanza de Texas de Tobe Hooper, aunque con resultados más bien dispares como el que nos ocupa.

A favor: Aunque desaprovechados, los segmentos en que Jason, cuasipersonaje de videojuego, empieza a sumar sus elementos identificativos importados del hockey. Y, también, un par de momentos graciosos, como aquel en que un personaje anticipa: "No creo que me vaya a quedar hasta el final".

En contra: Su incapacidad para construir una atmósfera inquietante y la escasa construcción de personajes que impliquen al espectador.