Katherine Dieckmann cree que el cine americano muy rara vez se explora las historias sobre la maternidad, y cuando esto sucede, el personaje de la madre está siempre exagerado. "Las madres de las películas tienden a ser dedicadas por completo a sus hijos, o monstruos que quieren controlar todo, o sacrificadas, o agresivas. Mientras que en la práctica, las madres reales pueden ser ambas cosas simultáneamente". Por eso ella quiso plasmar la vida real de una madre cualquiera en su película.
La película fue un fracaso total en Reino Unido, donde en su primer fin de semana en taquilla tan solo recaudo 88 libras, es decir, unas 10 entradas. En Estados Unidos tampoco fue mejor, en toda su vida en taquilla consiguió tan solo 100000 dolares.
Para escribir sobre la maternidad, la directora Katherine Dieckmann se basó en gran medida en su propia vida. "Yo soy como Eliza, interpretada por Katherine Dieckmann, estoy criando a dos hijos en Nueva York, les envío a una escuela pública hippie, me altero cuando no encuentro aparcamiento, con los turistas, con las madres autoritarias y con las tartas de cumpleaños mal escritas que vende en la panadería un hippie maleducado".