Olaf Ittenbach hizo sus propias escenas de riesgo porque no podía permitirse pagar a un doble profesional que las hiciera, debido al bajo presupuesto de la película.
Se construyó un esófago a escala para la escena en la que una mujer tiene un ojo atascado en su garganta.
La película fue rodada en varias localizaciones sin permiso.