Niñas Mal

Adela, una joven de dieciocho años con mala conducta, presume delante de sus amigas de sus tatuajes, de su piercing y, sobre todo, de su reciente denuncia por conducta indecente. Cuando le preguntan qué es lo que le gusta, ella lo tiene claro: los girasoles, el color rosa, el vodka, la moda y el sexo oral. Su padre, que no está dispuesto a que el comportamiento de su hija eche a perder la oportunidad de convertirse en el próximo gobernador de Méjico, decide inscribirla en una escuela de preparatoria para señoritas. La directora de la academia le promete resultados, asegurándole que la próxima vez que vea a su hija no la reconocerá, pues se habrá convertido en una auténtica dama, o como le gusta llamarlo a ella, en una "diva doméstica". Por medio de clases de cocina, de coser y de organización, cambiará en unos días la conducta de Adela. Sin embargo, desde el primer momento, la joven le planta cara a la directora, dejándole claro que ella no es como el resto de chicas. A Adela no se la puede domesticar.