Exquisitamente deliciosa, gentilmente encantadora, extrema delicadeza llevada con gran finura y elegancia, sutileza de unos pasos de enorme resonancia y de perpetuas miradas que hipnotizan y detienen el tiempo, perplejo y conmovido corazón que irrumpe con fuerza inusitada alimentando un devorador volcán que inunda y arrasa todo el espacio; una fascinante, atractiva, bella fotografía para una impresionante localización, relajante y hermoso paisaje que habla por si sólo como la pieza más importante de este sorprendente, peculiar y peligroso cuarteto, una turbadora combinación de emociones madre-hijo/eterna y fiel amistad que seduce y cautiva con la misma lentitud y armonía que se mueven los personajes. Película de sentimientos, emociones, amor, deseos, venganzas, frustración..., absorbente pluma de un escritor cuyo relato es fantásticamente llevado a la gran pantalla y conducido, encabezado magistralmente por dos bellas y generosas actrices que enamoran la cámara, atrapan el aire, suspenden la respiración y fascinan la quietud de toda alma entregada; impactante conmoción de serenidad aplastante cuya velocidad es ralentizada causando una explosión interna -honda magnitud de alcance insospechado- de calmada percepción y sonoridad tenue dado el vigor y la fuerza de lo vivido y sentido. Logra eclipsar tu pensamiento, aturdir tu razón, impactar tu sobria presencia y herir tu más querida ingenuidad; desesperación de palabras no mencionadas que penetran en tu firme surrealismo y hierven tu incredulidad perceptiva. Sentencia narrativa ya escrita sobre la que no cabe recurso de apelación, sólo opiniones variadas sobre el acierto o desatino de su conversión en imagen, plasmación contundente o inverosímil a gusto del espectador o con su evidente rechazo; por mi parte, una lectura cálida y emocionante, pequeño paraíso escondido, convulsión de un edén a salvo de miradas furtivas e indiscretas que conforma un cuadro llamativo y sugerente de vertiginosa confección.