Hacía ya un tiempo que Marjane Satrapi deseaba trabajar con Jamel Debbouze. Quería además que interpretara a varios personajes, o más exactamente al mismo personaje que, como en los cuentos, podemos encontrarlo bajo varias formas, "como una especie de genio ", según las palabras de la cineasta.
La película oscila entre lo burlesca y la emoción, la fantasía y la gravedad, y predica la mezcla de los géneros. Casa modos de narración diferentes, modos de hacer diferentes, de estéticas opuestas, pasando de la parodia de telecomedia a un melodrama italiano y a una película fantástica.
En el libro original en el que se basa, encontramos una estructura lúdica, que era indispensable trasladar a la película, según los autores. La intención de jugar con todas las propuestas, todos los estilos, de divertirse con todas estas cosas que hacen soñar, se refleja a través de la historia. La película, a medida que avanza, se toma cada vez más libertades con el realismo: "Nos gustaba mucho esta idea de hacer una gran película de amor, un melodrama en Douglas Sirk pero con humor", declaran los realizadores.
En la película, el tar se convierte en un violín. El tar es un instrumento muy particular, que proyecta un sonido muy especial. Su origen es persa. El violín que se ve en la película, también está muy presente en la música tradicional iraní, y es más accesible que el tar.
La hitoria es una reflexión de los directores sobre lo que significa ser un artista. Era para ellos, pues un tema muy cercano, y que les apetecía tratar con rigor y respeto. Para Marjane Satrapi, "un artista es un ser magnífico, y también un gran egocéntrico, un gran narcisista... Ser consciente de eso es importante".
La película cita al poeta persa Omar Khayyam: "Y, testigo mis dos orejas, ninguno jamás pudo decirme / Por qué se me hizo venir y me hacen marcharme", lo que confirma la intención de establecer la narración de una forma nihilista, afirmando que al final, no hay nada, no hay redención, es decir, "¡Cuando está acabado, está acabado, todo está perdido!", tal y como explica la realizadora, Marjane Satrapi.