A diferencia de lo que la nostalgia idealizada de la infancia podría llevar a creer, los amigos imaginarios no son el resultado de una imaginación muy activa o una forma de entretenimiento sino que son herramientas para eludir el castigo. Un niño puede culpar a un socio silencioso e invisible y así evitar las consecuencias de sus malos actos. El culpable perfecto. Esto puede funcionar para el niño pero ¿qué pasa con el amigo imaginario? ¿qué clase de vida es ser un ser sin voz que es manipulado y atrapado sin motivos? El amigo imaginario ante esta situación sólo puede seguir viviendo como víctima sin voz, no puede hablar en nombre propio o emanciparse por sí sólo sin desaparecer. Paul es consciente de su dolorosa situación como amigo invisible y cada vez esta más obsesionado con su creadora, Lucy. Pasa sus días acompañando a la niña y se siente libre, feliz, y sigue siendo de útil para Lucy culpándolo de sus fechorías. Aún así, Paul continúa soportando el sufrimiento de una existencia sin voz. Su destino está relacionado con la creencia de Lucy en él, sin ella su ventana al mundo se cierra y es consciente que Lucy no va a ser una niña para siempre, crecerá y, como consecuencia, lo abandonará. Algo de lo que ninguno aún es consciente es de que no tiene porque ser así.
Ver más películas : Mejores películas del año 2006, Mejores películas Fantasía, Mejores películas Fantasía en 2006.