Durante el final de la Guerra Fría la KGB envía a uno de sus agentes para robar un nuevo microchip. Al conseguirlo se convierte en objetivo de la CIA y posteriormente de la propia KGB cuando decide cambiar de bando y convertirse en agente doble antes de desertar de la Unión Soviética a los Estados Unidos, a cambio del material informático sustraído. Se convierte entonces en un espía a eliminar por parte de sus antiguos compañeros de detrás del Telón de Acero.