La ciudad de Nueva York lleva muchos años siendo considerada el centro neurálgico
del movimiento artístico norteamericano, pero hacia el final de los años 40, en la postguerra comenzó a surgir el expresionismo abstracto con una nueva ola de pintores en Estados Unidos, donde un grupo pequeño pero resuelto grupo de pintores, conocedores de arte y coleccionistas de la costa oeste se han propuesto convertirse en los nuevos rostros del movimieno. Con esta premisa seremos testigos de ver la escena artística de Los Ángeles, donde Neville escoge a Walter Hopps e Irving Blum como los regentes de la galería Ferus,
defendieron este nuevo tipo de escuela pictórica, acogiendo a los escultores Ed Kienholz y Larry Bell, y a los artistas Ed Ruscha, John Altoon, y Billy Al Bengston.