Un restaurante en Hamburgo
por Eulàlia IglesiasFatih Akin se ha convertido en uno de los principales renovadores del cine comercial europeo a través de unos melodramas sobrecargados que, eso sí, actualizan el paisaje sociodemográfico del viejo continente. Con 'Soul Kitchen', el director alemán de origen turco prueba suerte en el siempre agradecido subgénero de la comedia gastronómica en una película ambientada en un Hamburgo en pleno proceso de gentrificación.
Como suele llevar a cabo en toda su filmografía, Akin se mueve por los territorios más convencionales y facilones en este caso del humor: personajes tópicos (los alemanes de toda la vida son más bien antipáticos, mientras que los que provienen de países mediterráneos funcionan como pícaros encantadores), situaciones más que vistas (la fiesta que se desmadra porque los asistentes han consumido droga sin saberlo) y ese aroma a autoayuda que impregna la obra del director de 'Al otro lado'. Ni tan siquiera se le saca demasiado provecho a la esencia del subgénero: la gastronomía como fuente de placer vital.
A favor: Los repartos de las películas de Akin siempre resultan de lo más atractivos.
En contra: Que se la considere una película joven y moderna.