Crítica de SensaCine.com para Partir: Instrucciones para una ruptura difícil

La historia es bien conocida: matrimonio burgués, de clase alta, con dos hijos ya adolescentes. Tienen una vida apacible y tranquila. Pero ella (Kristin Scott Thomas) se aburre, decide volver a practicar la fisioterapia. Para ello, el marido (Yvan Attal) encarga la construcción de una consulta en su casa. La llegada del obrero contratado (Sergi López) lo cambia todo. Hay un accidente, un viaje a España y una chispa de pasión que se demuestra testaruda e irrefrenable. Una vez que el adulterio se ha consumado, el marido lo descubre y está dispuesto a dejar el agua correr, pero se niega a renunciar a ella. A lo que ella se niega a renunciar es a una felicidad recién redescubierta (a Catherine Corsini se le da mucho mejor filmar la felicidad y su sensualidad que las amarguras de la angustia), y las trabas para conseguir un divorcio no hacen más que crecer. Porque 'Partir' no es un drama sobre la infidelidad, el adulterio o incluso la búsqueda de libertad, sino una película sobre lo difícil que puede ser cambiar de vida. Sobre todo cuando las comodidades han sido algo siempre asumido durante años.

A favor: La siempre dulce y fantástica fotografía de Agnès Godard.

En contra: Un guión demasiado férreo que deja poco espacio a los personajes para respirar.