Volver a los orígenes
por Pilar CuestaCuarenta directores de todo el mundo fueron invitados a participar en este homenaje a los hermanos Lumière y cada una de sus participaciones debía seguir las siguientes reglas: 52 segundos como duración máxima, no más de tres tomas, y usar un modelo de cámara similar al utilizado por los hermanos Lumière.
Los resultados, como sucede siempre en los filmes colectivos, son muy variados y desiguales. Mientras las restricciones ayudan a algunos directores a producir piezas muy interesantes, para otros resultan una carga. Aún así es el tipo de películas que un cinéfilo no puede perderse porque casi siempre se encuentra alguna joya escondida.
A favor: La variedad.
En contra: que algunas piezas resulten muy inferiores a otras.