Gary Ryan (Giuliano Gemma) es sheriff en un pequeño pueblo gobernado por Martin Heywood (Germán Cobos), un déspota tirano que recurre frecuentemente a las artes más sucias para conseguir lo que quiere. Cuando Gary empieza a resultar incómodo, Heywood no duda en preparar un complot para involucrarle en un asesinato que ha tenido lugar en el pueblo. Tras pasar un tiempo en la cárcel por la falsa acusación de Martin, Ryan decide huir y buscar a todos y cada uno de los implicados en su injusta detención para demostrar su inocencia.