La saga Scream es la única serie de películas, con al menos cuatro entregas, que ha podido contar con sus principales actores en todas las cintas de la saga.
Wes Craven dijo que no dirigiría la película a no ser que su guion fuera tan bueno como el del primer filme, Scream: Vigila quién llama.
Para que las interpretaciones de los actores fueran más creíbles, Wes Craven decidió que éstos no conocieran la identidad del hombre que se ponía en la piel de Ghostface.