Leyenda, mito y anabolizantes
por Clara RodriguezNo voy a ser yo quien se ponga ahora a defender a Brett Ratner -aunque sí me gustó Family Man (2000); y El dragón rojo (2002) tenía cierto encanto a lo TV movie años 80- un director que suele tirar de oficio para hacer películas abiertamente mainstream, que cuanto más funcionan en taquilla más varapalo crítico se suelen llevar. Así que no será Hércules quién le devolverá el favor de la crítica, una pena, dado que la película posee elementos suficientes para que aquellos que disfruten con una action movie plagada de toques fantásticos -parece un cruce de un peplum de Pietro Francisci con una de artes marciales de Tsui Hark- disfruten sin vergüenza de un espectáculo tan lúdico como delirante.
Está claro que la película no sorprenderá ni por su guión, bastante previsible, ni por su condición de título de consumo rápido. Tanto da. Es tal la simpatía que provoca al juntar una especie de Equipo A troyano -al hípermusculado Hércules le siguen una amazona experta en el tiro con arco, un mudo salvaje, un pitoniso socarrón, un bardo insufrible y un colega en armas de lo más efectivo- luchando contra centenares de enemigos (y venciéndoles sin pudor), que uno sólo puede relajarse y disfrutar con una sonrisa en la boca ante tal avalancha de violencia gratuita. Pero Hércules no acaba ahí: al igual que en 300: El origen de un imperio (2014), hay una exaltación del oprobio más sangriento raro de ver en una película para todos los públicos -Cf: la carnicería de la que es víctima la familia de Hércules-, hay toques de humor perfectamente delineados -casi todos a cargo del gran Ian McShane- y, claro, hay un Dwayne Johnson en estado de gracia capaz de hacerte sentir como real todas las locuras que aparecen en la pantalla. La película, por su parte, traza con bastante gracia la distancia que separa la leyenda de lo real, lo que se cuenta de Hércules de lo que en realidad es. De ahí que funcione tan bien ese juego de luces que convierte a los soldados en centauros y a los lobos en cerberos. Obligatorio quedarse a los títulos de crédito, donde se reescribe la historia de Hércules de una forma más humana, pero no menos fantástica.
A favor: Dwayne Johnson
En contra: Cuesta creer que exista paridad en una pelea entre Peter Mullan y The Rock.