Melodrama de amor terminal para la sobremesa
por Paula Arantzazu RuizPeter Falk y Jill Clayburgh protagonizaron en 1976 una TV movie llamada ‘Griffin & Phoenix' sobre dos enfermos de cáncer que se enamoran y deciden vivir la vida como si no hubiera mañana. El fantástico tema de apertura, de Paul Williams, una canción melódica de compás rápido que canta las bondades del amor, indicaba el tono optimista de ese trabajo. En su remake de 2006, Ed Stone ha querido copiar el espíritu de ese filme sin demasiado éxito. Aunque Dermot Mulroney (Griffin) es un actor solvente y Amanda Pett (Phoenix) un rostro muy magnético, ninguno de los dos tiene el carisma de la pareja del filme original. A ambos les falta alma, algo de lo que también carece Stone, quien, sin ideas (en la secuencia en la que la pareja se encuentra por primera vez copia uno a uno los elementos que ya estaban en la primera película, sin apenas variar la planificación ni la puesta en escena), acaba realizando un lacrimógeno telefilme de demasiadas aspiraciones y mediocres resultados.
A favor: La moraleja Carpe diem.
En contra: Su factura de telefilme con recursos.