Terror en el trailer park
por Xavi Sánchez PonsJohannes Roberts, director de Los extraños: Cacería nocturna, contaba hace pocas semanas en Shock Waves (podcast estadounidense de referencia dedicado al terror), que su nueva película, más que una secuela excesivamente respetuosa o continuista de Los extraños –título de culto estrenado hace una década-,era en realidad una carta de amor al cine de John Carpenter y a sus slashers favoritos de los ochenta. Roberts comentaba que había elegido el formato panorámico y las lentes anamórficas para emular la fotografía neblinosa de Dean Cundey (director de foto de las primeras películas de Carpenter), y que había convertido el survival crudo e inspirado en el creepy crawling de la familia Manson del filme original en un tren de la bruja ejecutado con clase (hay poquitos jump scares) que se miraba en el espejo de clásicos del género de los setenta y ochenta como La noche de Halloween, La niebla, Viernes 13, The Burning, Christine o Campamento sangriento.
El homenaje honesto y sincero de Roberts a esa era dorada del horror, se traduce en una cinta festiva y súper disfrutable. Un regalo para el fan leído y una apuesta segura para los amigos ocasionales de los sustos que, además, recupera el espíritu inocentón y el amor por el género de algunas de las referencias que quiere y consigue emular. Es más, el realizador británico también es capaz de dar un empaque visual sólido al conjunto. El uso del scope y del encuadre en la composición de los planos ofrece algunas de las imágenes de horror más sugerentes de la temporada: la secuencia de la piscina al son del “Total Eclipse Of The Heart” de Bonnie Tyler (una set piece de una plasticidad que produce síndrome de Stendhal) o las apariciones fantasmales y telúricas de los asesinos acosadores con caretas macabras.
Los extraños: Cacería nocturna apuesta más por la atmósfera y la verbena de horror, que por una lógica narrativa verosímil y unos personajes bien perfilados. Y hasta en eso se parece a los slashers clásicos que homenajea, colocándola muy cerca del estupendo remake de Viernes 13 que Marcus Nispel firmó en 2009. Los fans de la primera parte de Los Extraños, una película más contenida y sobria, es probable que se sientan defraudados con esta secuela. Ahora bien, todos aquellos que decidan unirse la fiesta de terror old school que propone Roberts, que aquí firma su mejor obra, se lo pasarán en grande.
A favor: lo bien filmada que está y la carta de amor que supone al terror de los ochenta
En contra: le falta algo de sangre y muertes más disparatadas