¿Qué pecado nos condenará?
por Eulàlia IglesiasNingún cineasta ha renovado el thriller contemporáneo como David Fincher. En 'Zodiac' subvertía la esencia del procedimental para demostrar que una investigación pormenorizada, obsesiva y que se alarga en el tiempo a veces desemboca... en nada. Unos años antes, ya había cargado de ambiente malsano la típica buddy movie de policías que tienen que atrapar un asesino en serie en 'Seven'.
Ya desde los influyentes títulos de crédito de Kyle Cooper (fotografiados por el malograda Harris Savides), en 'Seven' se palpa un clima enfermizo. Al contrario de otros thrillers donde tota la maldad e inquietud se concentra en la figura del asesino, Fincher tiñó, a la manera del noir clásico, toda la película de un desencanto existencial: la ciudad hostil, la lluvia que cae constantemente, la agresividad que desprenden los crímenes, la podredumbre que pretende destapar el matarife... todo conduce a que el malestar impregne al espectador desde el inicio. El giro narrativo final es la guinda en este thriller nihilista: al contrario de lo que suceden en otras películas al uso, aquí la captura del asesino (cuya presencia pesa a lo largo de todo el metraje aunque no aparezca físicamente hasta casi la conclusión) no se traduce en el triunfo sino en la derrota moral del protagonista.
A favor: El ambiente enrarecido y los títulos de crédito.
En contra: Las malas imitaciones que propició.