Nota media
4,2
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¿Tu opinión sobre El irlandés ?
5,0
Publicada el 3 de diciembre de 2019
Lo tiene todo: Un reparto excelso, una historia sobre la mafia y sobre la influencia en la política americana en el siglo XX que resulta interesantísima, una ambientación para este tipo de cine que solo Martin Scorsese sabe hacer así... Son tres horas y media para disfrutar de la contención de De Niro o de Pesci, de un elenco de secundarios estupendo o de un Pacino desatado y convincente. Cine con mayúsculas.
5,0
Publicada el 29 de noviembre de 2019
Qué se puede decir del maestro Scorsese, una vez más nos demuestra que la edad no es impedimento para hacer grandes cosas. Así también lo demuestra el consagrado elenco que no decepciona. La película funciona como una parábola, comienza de manera mesurada para adentrarnos en los personajes, se desarrolla con todo lo que uno espera en una película de gangster, y culmina de manera plácida mostrándonos las consecuencias de la vejez cuando se ha llevado una vida criminal. Es un lujo de película y es admirable que Scorsese consiga de un argumento tan usado como los gánster hablar de temas que van desde la amistad y la familia hasta la vida, muerte y sus significados.
5,0
Publicada el 10 de diciembre de 2019
Empezar diciendo que Scorsese a vuelto a hacer a otra obra maestra quizás sea tirar la casa por la ventana desde el principio pero hay que empezar diciendo algo. El hype por esta película viene por ser el cierre de su filmografía de gánsters. Casi se puede decir que ha creado un género propio, exagero, pero su propia interpretación ha ganado tanta fuerza que es ya una propia escisión del genero con películas excelentes como malas calles, Uno de los nuestros, casino. Pero, ¿por qué hablo de cerrarla?

El irlandés, enfoca a los gánster desde otra perspectiva. Decide, sobre todo en sus últimos compases, centrarse en el declive de estos gánsters, desmitificando cualquier tipo e gloria para mostrar que los actos tienen consecuencias. Esta reflexión de si mismo se deja ver en tributos como la aparición del Copacabana, las armas ordenadas como en taxi driver. Esto lleva a denominarla como crepuscular, como en los western. Es el estadio final de un genero antes de morir o dejar de ser relevante. Aquí, yo todo lo sintetizó con Scorsese pero podemos generalizarlo a otras películas coetáneas del género como Scarface o el padrino.

La película se estructura en tres partes bastante bien marcadas. La primera hora es puro Scorsese con su estilo característico: voz en off, planos secuencias, ritmo frenético con grandes asesinados, o los título de como murió de cada gánster que parece en pantalla...
En la segunda parte, el ritmo se relaja para contar una historia distinta, donde priman las conversaciones. La última media hora es completamente distinta. Vemos el final de cada uno de los gánsters y en concreto de la vejez de nuestro protagonista. Con esto, Scorsese reflexiona sobre el género y a la vez sobre sus propias películas. Las mira con un punto crítico, quitando todo elegancia y mostrando las consecuencia de los actos de ser un mafioso.

Robert de Niro, Al Pacino están increíbles, como desde hace muchos años, pero Joe Pesci esta soberbio, en otro nivel. No le hace falta hablar, sus miradas o su cadencia al hablar lo dicen todo. Las grandes interpretaciones se deben también al guión lapidario de Steven Zailliandan que le da una fuerza a los diálogos impresionante. Todo esto se da por sentado, igual que la dirección o la fotografía, que en este caso es más sombría que en otras, pero se construye Scorsese las construye de la nada. Otro apartado más sutil y que no destaca pese a tener una tarea muy compleja, es el montaje de la mano de Thelma Schoonmaker. Digo complejo porque la película salta continuamente entre flashbacks y la capacidad de colocarlo todo de forma que quede claro es difícil. Es un montaje clásico por lo que es lógico que no se deje ver demasiado.

El relato que se cuenta va más allá de la historia de Jimmy Hoffa, si no que cuenta parte de la historia de Estados Unidos. Esta forma de englobarlo todo para darle un tono de transcendencia me parece original en el cine de Scorsese porque sigue los grandes momentos de la América de la segunda mitad del siglo XX. Todo esto se lleva con el recurso que menos me gusta del director, la voz en off. Lo normal es decir que es un recurso barato para cuando los directores no saben narrar con imágenes. Pero aquí sería un insulto, porque si sabe y porque se que es marca de la casa. La usa bastante pero como base para impulsar la historia, sin sobre explicar conceptos. Esta voz en off le da un punto casi documental antológico, lo que le da una transcendencia mayor a la película.

Cada minuto de la película es completamente necesario para la historia que se cuenta. Que la historia se alargue durante la segunda mitad de siglo es importante para reflejar el paso de la vida y lo insignificante que al final somos. Este es de los temas más importantes de la película y para ello necesita el comentado CGI. Por supuesto que queda raro e incluso grotesco. Los primeros minutos se nota pero al final, yo al menos, lo compró porque como en cualquier buena película se puede dejar a un lado, para meterse en la película. No quiero decir que no quede un poco chapuza, y que haya momentos de joven donde la actuación física se nota que no es tal pero si entras en la película es muy secundario. Lo importante aquí no es que se dejen la pasta en rejuvenecer a los personajes, si no el por qué se hace, el sentido que le da a la película. Y es vehicular, no solo por la conexión emocional con el mismo actor, si no también para mostrar el paso del tiempo.

Nadie va a hacer películas, sean de gánster o no, como Martin Scorsese. No será la mejor necesariamente ni la última, esperemos, pero huele a última película. Esta tan contenida, tiene una madurez tal y la confianza de un maestro detrás que simplemente puedo engrandecer a la obra. No puedo ver el futuro pero es una película que perdurará en el tiempo. Se ve en sus diálogos que son muy parafraseables. Esto es relevante porque la película podría tener fuerza solo por quién la firma, y yo no puedo dejar de verla así, pero tiene valores propios que una persona podrá valorar sin tener que conocer al autor.
4,0
Publicada el 9 de enero de 2025
"El Irlandés" es una destacada y sólida épica gansteril a cargo del legendario director Martin Scorsese, que reúne a un trío de lujo en Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci. Frank Sheeran es un irlandés veterano de guerra que vive en los Estados Unidos de los 60s y 70s, se dedica al transporte de comestibles y que terminará por ingresar al círculo de la mafia ítaloamericana como sicario y mano derecha de un importante capo gansteril. La génesis de "The Irishman" (2019) se remontan a inicios de los 80s cuando Robert De Niro y Martin Scorsese, una de las duplas más exitosas y aclamadas de la historia del cine, analizaban la posibilidad de concretar un remake de "The Bad And The Beautiful" (1952) y su secuela "Two Weeks In Another Town" (1962) de Vincente Minnelli, con un asesino a sueldo veterano como protagonista. El proyecto no prosperó en aquel momento y sería recién a mediados de la década de los 2000s cuando DeNiro leyó "I Heard You Paint Houses" (2004) de Charles Brandt, después de otras colaboraciones entre el actor y el director en las vitoreadas "King Of The Comedy" (1983), "Goodfellas" (1990), "Cape Fear" (1991) y "Casino" (1995), que finalmente el proyecto comenzaría a aterrizarse en 2007 con el desarrollo del guión por parte de Steven Zaillian, ganador del Oscar a mejor guión original con "The Schindler’s List" (1993).

Mientras Zaillian reescribía el guión, un inconforme y atribulado Scorsese que se sentía en un periodo de limbo creativo, producía y dirigía tres películas más "Hugo" (2011), "The Wolf Of Wall Street" (2013) y "Silence" (2016) y recién encontraría el momento definitivo tras abandonar la producción de lo que iba a ser la también aclamada "Joker" (2019) de Todd Phillips. Finalmente, Zaillian satisfizo los requerimientos de Scorsese y estructuró un bestial guión que abordaba la relación de Sheeran no sólo con Russell Bufalino y su familia, sino con el teamster Jimmy Hoffa en un interesantísimo contexto político, social y económico de los Estados Unidos en los 60s, incluso con referencias a intrigas y conspiraciones políticas como el asesinato del Presidente John F. Kennedy y la desaparición del propio Hoffa, de acuerdo a la novela de Brandt, que se tradujo finalmente en la película más larga de Scorsese, con más de 210 minutos. El propio Brandt, de hecho, aportó con una versión editada de su propia novela a partir del borrador de Zaillian, y es por eso que la película en su prólogo se titula "I Heard You Paint Houses" como una referencia al proceso de adaptación cinematográfica y sólo "The Irishman" en los créditos finales. Por otro lado, es innegable la influencia de Brandt en el guión a pesar de la autoría certificada de Zaillian, en especial porque el guión dedica bastante tiempo en establecer detalladamente la figura de Jimmy Hoffa. Como sea, lo que también es un hecho es la intención de Scorsese, de la manera más que contundente, de cerrar una trilogía apócrifa con los clásicos "Goodfellas" (1990) y "Casino" (1995) con las cuales regala un retrato de distintos niveles de los alcances del poder de la mafia, las complejas y sólidas redes criminales entre ésta y el poder político, además de proponer una verdadera clase de historia estadounidense.

De hecho, en la filmografía gansteril de Scorsese, podemos dar cuenta de los diversos enfoques que el director italoamericano hace del mundo profesional del hampa, incluso desde "Mean Street" (1973) en donde aborda la temática desde los niveles más bajos, los peones y sicarios de más poca monta que trabajan para los grandes capos de la mafia. En "Goodfellas" (1990) lo hace explorando la insertación del estilo de vida gángster en un joven desde temprana edad. En "Casino" (1995), en tanto, lo hará a partir de la relación del crimen organizado con el entretenimiento y las artes. Finalmente, en "The Irishman" (2019) lo hará de una forma apoteósica y ciertamente comprensiva, relacionando las complejas redes de la mafia con sindicatos y entes gubernamentales, incluidos el Senado y la Presidencia de la República. Lo que nunca, en cualquier caso, cambiará es la forma fascinante con que el director cuenta historias criminales, en este caso la de Frank Sheeran, con una honestidad y naturalidad que sólo le conozco, además, a Francis Ford Coppola. La construcción de los personajes del film, aunque se toma su tiempo, resulta interesante y cautivadora. Permite una contextualización precisa y una radiografía psicológica rica en detalles que puede resultar demasiado lenta y compleja para el espectador común. Es cierto que por momentos parece ralentizar el ritmo de la cinta, pero es en la práctica un rasgo distintivo del cine de Scorsese y se asimila cuando el espectador ya ha visionado gran parte de su filmografía.

La decisión de abordar la historia desde la senectud de los protagonistas y basar su relato esencialmente desde la retrospectiva constituye, sin duda, un riesgo sobre todo por la longitud del metraje y la cantidad de información que el director entrega al espectador, pero finalmente se traduce en un viaje a lo profundo de las redes criminales del país norteamericano que intenta sacar de la bruma de la duda varios de los hechos criminales más interesantes del siglo XX. El ritmo de "The Irishman" (2019), en cualquier caso, necesariamente termina por ser más pausado y reflexivo, contiene menos referencias violentas que "Goodfellas" (1990) y "Casino" (1995), primero, porque se narra de esta forma retrospectiva con personajes decadentes y prácticamente muertos y, segundo, porque completa las apreciaciones etarias de lo que es el relato criminal para Scorsese. La madurez del director se transfiere así a un relato de similares rasgos y se detiene, entonces, más en los alcances de la reflexión de la vida criminal en momentos crepusculares que en la adrenalina de trabajar, vivir y beneficiarse activamente de este mundo subterráneo. Esta apreciación que Scorsese termina por ofrecer no habría sido posible de concretar sino era reuniendo a De Niro, Pacino y Pesci en el mismo reparto, probablemente la generación de actores definitiva del cine negro de los 80s y 90s, un verdadero deleite para quienes somos amantes del cine gángster y policíaco.

El retrato que el guión hace de Frank Sheeran, Russel Bufalino y Jimmy Hoffa es, esencialmente, realista y este aspecto puede resultar un tanto extraño para los seguidores del cine de Scorsese, acostumbrados a la ficción más novelesca del cine gansteril. No hay extrañeza en ello, dado que se trata ciertamente de un trabajo de no ficción, pero refuerza este aspecto porque, como ya dije, pretende hacerse cargo de ciertos acontecimientos históricos de Estados Unidos de legendaria polémica e incertidumbre. Sheeran, como protagonista y narrador omnipresente, se alza como un personaje que hay que reconocer que no busca jamás encontrar empatía en el público, es extremadamente cínico en sus actos y reflexiones, incluso en los momentos en que debe decidir de parte de quien está su lealtad, ni hablar del epílogo y sus percepciones finales respecto a sus hijos. En lo que constituye el placer de ver a De Niro en lo suyo (lejos de las comedias vacías y autoparodias) su personaje se mueve principalmente por una cuestión de aprovechamiento de oportunidades y parece no encontrar en sus horas finales siquiera algún dejo de autocuestionamiento.
De esta forma, la historia criminal de Sheeran se va entretejiendo junto a sabrosos incidentes políticos de la historia estadounidense a través de tensos enfrentamientos entre los miembros de los diferentes clanes de la mafia italoamericana, que incluye diálogos perspicaces y cargados de humor negro y violencia oculta.

Por ejemplo, podemos enterarnos del destino de varios de los personajes secundarios mafiosos a través de un rótulo referencial que señala cuándo y en qué circunstancia falleció, y enterarnos de parte del argot gansteril, como la frase "pintar casas" (que le da título a la novela) y "ejercer la carpintería" que significan ejecutar personas por encargo y enterrarlas, respectivamente. Así, Scorsese toma de la mano al espectador y le pasea por variados acontecimientos sociopolíticos interesantes como la invasión yanki a Bahía Cochinos en Cuba, el oscuro advenimiento al poder de John y Robert Kennedy a la Presidencia y a la Fiscalía respectivamente, el magnicido del primero en Dallas y el escándalo Watergate que le costó la Presidencia a Richard Nixon. Scorsese decidió no correr riesgos para la interpretación de los personajes y en lugar de escoger actores más jóvenes para las secuencias retrospectivas, optó por recurrir a la tecnología digital para rejuvenecer computacionalmente a De Niro, Pacino y Pesci. Si bien de buenas a primeras parece un tanto artificial, conforme el espléndido trabajo de fotografía del mexicano Rodrigo Prieto ("Biutiful", 2010, The Wolf Of Wall Street", 2013) se ensambla al trabajo de ILM, el resultado digital resulta satisfactorio sobre todo considerando la edad del trío protagónico, Pacino 79, De Niro y Pesci 76. Para ello, Scorsese trabajó con tres cámaras simultáneas para el trabajo de rejuvenecimiento digital, evitando filmar con marcadores de captura facial que restan credibilidad al efecto en la mayoría de los casos. Debido a que la mayoría de las secuencias eran retrospectivas al relato principal, se realizaron 1.750 tomas para dos horas y media de filmación.

De hecho, el diseño de producción fue sencillamente bestial. Incluyó prácticamente 110 días de rodaje, 117 locaciones, 320 escenas y un reparto de 160 actores y 6.500 extras. Rodrigo Prieto realizó la fotografía principal en la Orchard de Manhattan, Nueva York y las secciones de Mineola y Williston Park de Long Island. El trabajo de vestuario encabezado por la triple ganadora del Oscar Sandy Powell ("Shakespeare In love", 1998, "The Aviator", 2004), por su parte, también fue descomunal debido a la cantidad de prendas que se debieron confeccionar, de acuerdo a la época y a la jerarquía gansteril. El músico canadiense Robbie Robertson y el supervisor musical Randall Poster fueron los encargados de recopilar el soundtrack, que incluyó clásicos como "Tuxedo Junction" de Glenn Miller & His Orchestra, "El Negro Zumbón" de Flo Sandon’s, "A White Sport Coat" de Marty Robbins&Ray Conniff, entre otros. Robertson aportó con "Theme For The Irishman", corte que destaca por un tono casi satírico y una notoria presencia de bajos y chelos. Una de las cuestiones que más polémica armó fue la participación de Netflix en la distribución de la película, al igual como había ocurrido con "Roma" (2018) de Alfonso Cuarón. El film fue transmitido por Netflix el 27 de noviembre, dos meses después de su estreno en el Festival de Cine de Nueva York y en el Festival de Cine de Londres. Como era de esperarse, las distribuidoras de películas de salas alzaron la voz por la inclusión de Netflix en la distribución por streaming y amenazaron con reducir la proyección en cines si Netflix no respetaba al menos el periodo básico de proyección en salas. El resultado, sin embargo, fue que sólo en su primera semana en la plataforma de streaming la película fue vista por 17,1 millones de espectadores, lo que encrudeció el conflicto entre las distribuidoras.

A pesar de ser aclamada por la crítica, "The Irishman" (2019) fue la gran perdedora de los Oscar, Globos de Oro y BAFTA. Si bien recibió 192 nominaciones, 10, 5 y 10 de las tres grandes instancias de premiación, no se quedó con ninguna estatuilla. Los 49 reconocimientos que recibió, no obstante, no dejan de ser importantes, como al mejor reparto en los Critics’ Choice Award, a la mejor película, guión adaptado y el NBR Icon Award (Scorsese, De Niro, Pacino), mejor película y mejor actor secundario (Pesci) en los NY Film Critics Circle Awards y Philadelphia Film Critics Circle Awards, mejor edición (Schoonmaker) en los Chicago Filn Critics Circle Awards y Boston Society of Film Critics Awards, entre otros.

Las actuaciones son eficientes, Al Pacino se luce interpretando a un histriónico Jimmy Hoffa. El líder sindical de los camioneros de Estados Unidos es uno de los personajes más fascinantes de la historia de su país, no sólo por su enigmática desaparición en 1975, sino por el activo rol que jugó en la política social americana durante los 60s y 70s, periodo en el que se convirtió en una poderosa figura política. Sus lazos con el crimen organizado se remontaron a sus primeros años como camionero y se consolidaron durante su advenimiento como teamster. En el film se aborda esencialmente este periodo y su condena por manipulación de jurado, intento de soborno y fraude por 13 años, y su liberación tras cumplir sólo 5 años tras un acuerdo de indulto del cuestionado Presidente Richard Nixon. Pacino da vida a un hombre poderoso, empático y testarudo como pocos, que regala los mejores momentos del film en su interacción con el personaje de De Niro. Joe Pesci, que por cierto abandonó su retiro ante la insistencia de Scorsese de tenerlo en el reparto, demuestra una vez más su brillantez actoral al interpretar magistralmente a Russell Bufalino, jefe de la mafia de Pennsylvania. Conocido por su gran y discreto manejo del crimen organizado bajo la fachada de un negocio de cortinas, es el gran mentor y guía de Sheeran y hombre clave en su ascenso continuo en el mundo del hampa. Es también el personaje que define cada movimiento del irlandés según su propia conveniencia, utilizándolo como comodín para hacer y deshacer alianzas, fortalecer y debilitar rivales, como es el caso del presidente del sindicato de camiones Jimmy Hoffa. Pesci tiene, además, el mérito de construir el retrato definitivo de lo que es la mente maestra detrás de los actos, inteligente, maquiavélico y calculador, elementos claves para ganar y sobrevivir en el mundo del crimen organizado. Por su parte, presenciamos a un Robert de Niro frío, sereno e imperturbable, en una de las interpretaciones más sobresalientes de su carrera, convirtiéndose en el narrador y pieza fundamental de la trama en el papel de Frank Sheeran, un humilde camionero de origen irlandés, excombatiente en la Segunda Guerra Mundial y que llegó a ocupar cargos de alta responsabilidad en el todopoderoso Sindicato de Transportes. Los tres brillan con luz propia en un guión sin fisuras, que muestra la verdadera humanidad y adonde llevan ciertas decisiones. Además de los legendarios Roberto De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, el film contó en el reparto con Harvey Keitel que encarnó a Angelo Bruno, jefe de la mafia de Filadelfia. Stephen Graham como Anthony "Tony Pro" Provenzano. Ray Romano es Bill Bufalino. Bobby Cannavale como Felix DiTullio. Anna Paquin encarna a Peggy Sheeran. Katherine Narducci como Carrie Bufalino. Domenick Lombardozzi encarnó a Anthony "Fat Tony" Salerno, entre otros.

En definitiva, destaca y sólida epopeya cinematográfica sobre el crimen organizado en los Estados Unidos de Postguerra que a pesar de su tendencia al detallismo y la densidad narrativa, es absolutamente disfrutable, con un trío protagónico maravilloso y la sensación de ser, el esperado testamento fílmico de su realizador.

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4,0
Publicada el 6 de enero de 2020
Si Scorsese en vez de ser director de cine fuese entomólogo, los barrios italianos de las ciudades de America serían su campo de estudio y de entre todos los tipos, el mafiosos sería su insecto preferido.
Este proyecto, no historia, que surgió de la cabeza de De Niro y que ha llegado a cabo Scorsese es la última obra maestra de este ultimo. Sin ambages.
Me producía desconfianza esa nueva técnica de rejuvenecimiento de rostros y no veía muy claro como afectaría al film. Al estar viendo la proyección seguía desconfiando, cuando a fuerza de una dialogo con sustancia y contenido caí en la cuenta de que podía estar viendo teatro japonés con actores enmascarados.
Cierto hieratismo en sus caras, cierto acartonamiento le daban a los actores valor simbólico, de esfinge. Lo que daba a los personajes una solemnidad, marcaba una distancia con lo que estaba ocurriendo y además no impedía que sus rostros transmitieran emociones. Sólo hay que ver a De Niro en algunos planos medios. Era un mix entre la interpretación occidental y la oriental, más parecida al teatro griego. Sorprendente de ver. Y grato. Llevar la mafia al nivel de las tragedias griegas y no sólo por el tema.
Esta película es indudablemente un homenaje que Scorsese se ha querido dar a si mismo y compartirlo con sus actores fetiches de siempre. De Niro está estupendo, alejado de esas interpretaciones llenas de tics, planas, vacías y la corte de secundarios no puede ser más fantástica.
Brilla en el guion, a modo de contrapunto del mundo que retrata, la relación conflictiva entre el irlandés y su hija Peggy. Un rayo de luz humano entre tanto crimen.
Un guion lleno de esos pequeños diálogos que se han hecho clásicos en este tipo de películas, esos pequeños diálogos que son brochazos de cotidianidad en unas vidas muy poco rutinarias. Yo destacaría el referente al olor de pescado dentro de los coches, casi al final. Me parece delicioso.
Sólo un pero en la historia. No veo muy claro, a riesgo de hacer spoiler, el papel del hijo en la muerte de Hoffa. Si estaba ¿por qué no se extrañó?. No tiene lógica. No hubiera costado nada poner otro conductor. No está clara la escena.
En fin, Scorsese lo ha vuelto a hacer. Darle otra vuelta de tuerca a sus estupendas películas de italoamericanos y batir el record que habían marcado Los Soprano.
Y vaticino un recorrido interesante a esta técnica de rejuvenecimiento. Para enfrentarse al cine de personajes creados artificialmente, por ejemplo. A ver.
4,0
Publicada el 10 de diciembre de 2019
Película muy buena. Entretenida si te gustan las pelis de gangsters. 3horas y media que no se me han hecho largas para nada. Pero a mi juicio lejos de una obra maestra como la pintan. Me la han llegado a comparar con El Padrino... Si te gustan las pelis de gangsters y tienes una tarde libre creo que te va a gustar.
4,0
Publicada el 5 de julio de 2020
El Irlandes es todo lo que esperaba de Scorsese para mi una de sus mejores obras que tiene este notable director desde su manera de manejar una obra de casi 4 y que el film se siente como que el tiempo se fue volando, muy buen vestuario, actuaciones y... una ambientación en los 70s que le va muy bien con el tema de la uniones y la mafia(Kennedy y Castro) es una película que deslumbra calidad.
4,5
Publicada el 1 de diciembre de 2019
El irlandés.
Peliculón en todos los aspectos, cuatro genios del cine juntos, una historia real del pasado mafioso de EEUU y otras cosas de descripción imposible en poco espacio, como técnicas nuevas de rodaje o de rejuvenecimiento. El director y coproductor crea una genialidad desde varios frentes.
Martin Scorsese es uno de los grandes directores de todos los tiempos, que aquí cuenta con protagonistas a los que conoce bastante, no del todo, porque estos tienen la facultad de activar registros de interpretación desconocidos incluso para ellos mismos. La historia se mantiene y se puede seguir sin que su larga duración induzca al despiste. La ambientación de lugares, costumbres, modas, es perfecta, está en su sitio. El carácter mítico de los personajes mafiosos queda otra vez apuntalado, todos los caracteres del escalafón se rigen por los comportamientos propios vistos y esperados en casi todas las obras de esta temática. Los de abajo hablan poco y matan mucho, generalmente sin que se lo pidan dos veces, los de arriba hablan menos y matan más sin que sea siempre necesario dar la orden directa. Es más de lo mismo y aun así nos atrae, mucho es por la calidad y cantidad de talentos que tiene “El irlandés”.
Tiene además, de paso que coinciden hechos publicados, un condimento desmitificador en el tratamiento de los Kennedy, el mero hecho de mezclar a esta familia emigrante irlandesa con los avatares mafiosos es una crítica más o menos indirecta, que como mínimo da que pensar. Quizá el director solo nos muestra los personajes sin retoques parciales ni motivos moralizantes, lo más probable es que MS aquí piensa únicamente en términos de cine y ni esquiva ni busca nada que se salga de ese cauce, pero ahí ha dejado visible la teoría de que a los dos Kennedy los matara la mafia, o que la mafia fuera el brazo ejecutor de un poder todavía más arriba. Todo para la posteridad.
En cuanto a los protagonistas, De Niro, Pacino, Pesci, todos masculinos, por coherencia con hechos reales, son en sí mismos objeto de debate, y eso sin haber llegado siquiera a sus personajes. Muchos aficionados tienen dudas de quien es mejor sobre todo entre DN y P.
El personaje de Bob, es más más extenso, Frank Sheeran tiene más minutos y un amplio abanico de registros que incluyen a un ser contenido, inescrutable, sin prejuicios. De Niro actúa de forma soberbia, prácticamente en cada escena, en esas condiciones un actor grande puede tener ventaja para destacar.
El personaje de Al tiene menos minutos y menos registros, porque Jimmy Hoffa es un tipo visceral, corrosivo, ambicioso y rebelde, y se le ve venir. La gran interpretación, con certeza, de Al Pacino vive mucho de los matices, se mueve en menos espacio al ser una personalidad más delimitada la que ha de dar vida.
El personaje de Pesci sorprende si esperas ver al elefante en la cacharrería o el loco que asesinaba por un cabreo, ¡no! Rusell Bufalino es un capo de capos, discreto, apacible, paternalista, de ademanes cardenalicios incluso. Joe Pesci coge un poco de barro, lo moldea y alumbra un personaje excepcional por no decir único.
Y los personajes tienen que ser y lo son, interesantes, atrayentes, chirriantes.
Nos dicen que Frank Sheeran era un sindicalista, eso es en lo que recaló, pero en la película vemos que era un asesino sin conciencia cuya vida está al servicio de quitar la vida a los molestos, se lo ordene un mando militar o un mando mafioso, él es de lo que vive y de lo que entiende, es su rasgo principal. Los asuntos de familia los lleva estrictamente como cree que debe ser, pero no los lleva muy bien. Y también juega la parte de vida senil, tan lúcida que revive su vida con muchos detalles.
Jimmy Hoffa sí que era un sindicalista, llegó a presidente de uno de los más grandes sindicatos de EEUU. Y se pensó que el sindicato era suyo, se vino arriba como se suele decir y acabó en la cárcel, tan dignamente que al salir le respetaban solo un poco menos. Era listo, pero quizá no inteligente, manejaba la táctica, pero erraba en la estrategia, y al final no veía venir las cosas más evidentes. Ese personaje hay que hacer.
Rusell Bufalino dice mucho con un mínimo de gasto oratorio, es la forma, el tono, los silencios, la mirada cuando da las órdenes importantes, y el regaño amable en cosas más cotidianas. De una manera y de otra es el rey que sabe lo que ha sucedido, lo que está pasando y lo que va a venir.
Nos dan en la película algunos caramelos en forma de instantes de humor, que siempre, siempre cuando es de esta calidad se agradece. Y Parece ser que también una tarta, porque resulta humorístico si se piensa que dos italianos hagan de irlandeses, parece otra genialidad de Martin Scorsese.
Esperemos más de los cuatro grandes, ojalá.
4,5
Publicada el 4 de enero de 2022
2019... 2019 fue un año magnífico en la industria cinematográfica, con películas como el Joker de Todd Phillips , Erase una vez en Hollywood de Quentin Tarantino o El Irlandés que es de la que vamos a hablar hoy.
El Irlandés es una película que llegó en el mejor momento, en el momento en el que Scorsese la volviera a liar con una trama al puro estilo clásico de Martín Scorsese que nos gusta tanto a los cinefilos y eso juntado con un reparto que ni en el mejor de los sueños nos hubiesemos imaginado, con nada más y nada menos que: Robert De Niro, Joe Pesci, Al Pacino, Harvey Keiteil y muchos más, todos ellos con actuaciones cojonudas. Una banda sonora clásica al estilo de Goodfellas, un ritmo entretenidisimo y cuarenta cosas más que podría decir de esta película que contiene tres horas y media de pura diversión, con una violencia no al nivel de Tarantino pero si más real, más al estilo propio de Scorsese.
cine
Un visitante
1,0
Publicada el 29 de noviembre de 2019
Malísima, muchísimas partes de la película muy mal realizadas, como por ejemplo cuando golpea al hombre que empujó a su hija, tendrían que haber utilizado un doble, De Niro no se puede ni mover ya casi
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