Bastante pueril, aporta poca cosa, aunque, eso sí, arranca alguna sonrisa. Por lo demás resulta una película correcta y poco más con la habitual falta de chispa y de ingenio de los relatos que precisan moralina y meterle al espectador el dedo en el ojo al final para que llore sí o sí. Eso sí, a Woody Harrelson el papel le va como anillo al dedo, realiza un buen trabajo.