"Jumanji" es un divertido y entretenido film familiar de aventuras, dirigido por Joe Johnson y protagonizado por Robin Williams. Bradford, Nueva Inglaterra. Dos niños encuentran en una vieja casa un antiguo y enigmático juego de tablero, Jumanji, que traerá a la vida a Alan Parrish quien dice haber estado atrapado en el juego por 26 años. Tratando de saber qué pasó con su familia, Alan no sólo se enterará que pasó sino que tendrá que lidiar con parte del mundo de Jumanji que vino a la realidad junto con él. La película tiene un inicio prometedor, ambientada primero en 1869, cuando dos niños entierran un cofre cerca de Keene, New Hampshire, con la intención de deshacerse y ocultar su contenido, el juego mágico Jumanji. Justamente un siglo después, Alan Parrish de 12 años lo encuentra mientras intentaba escapar de un grupo de pandilleros y tras ocasionar un malentendido entre su padre y su diseñador de calzado y una discusión entre padre e hijo por su inminente ingreso a un internado. Sin embargo, cuando Alan y su amiga Sarah juegan con el tablero, Alan terminará siendo absorbido por el mundo de Jumanji, quedando atrapado irremediablemente.
Este segmento inicial resulta interesante y bien narrado por Johnston, demostrando tener habilidad para mantener un buen ritmo a pesar de que el film ha transcurrido en su primera media hora sin la aparición de su principal estrella, Robin Williams, cuando su personaje es liberado del universo del tablero mágico por Judy y Peter, los niños que encuentran el juego en 1995. Su estrambótica aparición inyecta energía a un filme que se había movido correctamente entre el misterio y la expectación. No obstante, entre el momento en que Alan se deprime al saber qué pasó con sus padres y su decisión de ayudar a Judy y Peter a terminar el juego, la cinta comienza a sufrir algunos altibajos sobre todo porque el guión tiende a forzar las razones por las que los personajes tienen que jugar sí o sí y terminar el juego. Ciertamente, porque el espectador se preguntará qué razones habría para que una persona que estuvo perdida en algún momento y lugar, tendría que seguir insistiendo con el entuerto que supuso este estado, y más cuando convence a otro personaje de que haga lo mismo. Así, Alan logra convencer a Sarah que sigan la partida después de 26 años, sabiendo que el juego deparará una y otra sorpresa incómoda, como bandada de murciélagos, enjambres de mosquitos, estampida de elefantes, cefras y rinocerantes, apariciones de leones y cocodrilos, plantas carnívoras, transformaciones en monos y terremotos.
Uno de los elementos que en mi opinión quedan al debe es el relativo al principal villano, si es que se le puede llamar villano a un cazador de animales, Van Pelt, molesto con Alan porque le robó su turno de juego. Como película familiar, se puede entender que no haya un villano perverso pero al menos se pudo haber trabajado más el personaje, ya que es aburrido, predecible y contribuye poco a la acción. Además, y no menos importante, nunca se explica el origen del juego, de dónde proviene, quién lo creó y cómo se le puede destruir, o lo que podría ser más fácil, ¿no sería cosa de dejar los dados y ya? ya que al parecer, sin importar la evidencia de que el juego es peligroso y caótico, la curiosidad y testarudez de la gente por jugar se termina por imponer. Por otra parte, el director es consciente de que el factor sorpresa de los efectos especiales es decisivo para mantener entretenido al espectador infantil, aunque en ello termine siendo algo repetitivo con la invasión de animales por su concepto de “selva”. De cualquier forma, los efectos especiales resultan muy pragmáticos a la hora de caracterizar la materialización del tablero mágico y para su tiempo, no tanto así ahora en que se aprecia más la utilización de CGI, que el maquillaje, por ejemplo, en la escena en que Alan es castigado por hacer trampa y convertido en mono. La banda de sonora estuvo a cargo del ganador del Oscar James Horner, quién regala una entretenida y dinámica partitura con abundancia de vientos y violines principalmente.
Las actuaciones son correctas, Robin Williams está francamente genial, ya que es un tipo simpático y con cara de bonachón, el papel de Alan Parrish le viene como anillo al dedo y lo catapultó como uno de los actores más queridos por el público infantil. Bonnie Hunt personifica a Sarah, la hija de la infancia de Alan que le ayuda a terminar el juego. Jonathan Hyde en un doble papel como Sam Parrish, el padre de Alan y como el cazador Van Pelt. Unos muy jóvenes Kirsten Dunst y Bradley Pierce son Judy y Peter, los niños que liberan a Alan.
En definitiva, una correcta cinta de aventuras destinada principalmente al público infantil, que funciona bien para una velada familiar, con el mérito de ser uno de los títulos más recordados de este tipo de público a mediados de los 90s. Película que sorprendentemente sigue funcionando aunque hayan pasado ya unos años por ella. Un film que sigue entreteniendo y divirtiendo. Un juego que nos engancha y nos produce unas ganas continuas para saber que saldrá del tablero con la siguiente tirada. Fue y será un éxito del cine por mostrar una aventura fascinante en la que a todo niño le gustaría participar. "No lo dudes más y vuelve a tirar los dados".
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