El diablo en el ascensor
por Covadonga G. LaheraHabiéndose adaptado su guión de un relato firmado por M. Night Shyamalan, John Erick Dowdle dirige con cierta desenvoltura este cruce de thriller psicológico con terror sobrenatural confinado durante gran parte de su metraje al limitado espacio de un ascensor en un gran edificio de oficinas. Los precedentes Diez negritos de Agatha Christie son aquí cinco, personajes sobre cuya procedencia se nos va dosificando información hasta el final para mantener al espectador agarrado a un juego de quién es quién y de todos, quién porta al diablo.
Al filme se le ve con demasiada frecuencia el plumero e incide en demasía en la interpretación religiosa. Una cita inicial de San Pedro ya impone marca en lo que veremos a continuación y el relato se abre además con la narración en off del policía de Filadelfia que se pondrá al cargo del caso. Ambas intervenciones preliminares restan misterio a lo posterior y aunque entretenida, La trampa del mal se empeña en insistir con muy poca sutilidad en el calado moralista-trascendental de sus imágenes.
A favor: Pese a algunas caídas de ritmo, mantiene nuestro interés hasta el desenlace.
En contra: Su trascendencia y maniqueísmo religioso.