De dioses y hombres
por Mario SantiagoHay directores cuya sensibilidad marca a fuego el cine popular de su era. Los casosmás recientes serían seguramente los de Peter Jackson y James Cameron, portadores deuna megalomanía y una épica propensas al alarde digital (antes que ellos, gente comoBazz Luhrman, Quentin Tarantino o Guy Richie vistieron el cambio de milenio deposmodernidad post-indie). En este sentido, Tarsem Singh, el director de 'Immortals'(así como de 'La celda' y 'The Fall – El sueño de Alexandría') se sitúa en una posicióncuriosa. Su sensibilidad manierista y pirotécnica se ha encontrado con un vientofavorable: sus delirios plásticos, a caballo entre lo épico y lo onírico, hallan cobijoen la tecnología digital; sin embargo, su esteticismo pasado de vueltas y su apreciopor ciertos residuos de lo real (sobre todo las texturas y los cuerpos) lo conviertenen un cineasta extraño, marcadamente iconoclasta. En cierto modo, sería fácilreducir 'Immortals' a la categoría de sucedáneo arty de '300' o de la nueva versiónde 'Furia de titanes', pero hay algo más, algo heterodoxo, en esta relectura chiflada delos mitos de Teseo, el Minotauro y la Titanomaquia.
Para hacerse una idea de la ambición de Singh, vale la pena cederle momentáneamentela palabra: "Básicamente, esta película es una combinación de Caravaggio y 'El clubde la lucha': un filme de acción hardcore hecho al estilo pictórico del renacimiento".Un cóctel de referentes que cortocircuita ciertos preceptos del cine épico actual,que por lo general prefiere beber del videojuego, el cómic o las novelas de fantasía.En 'Immortals', el carrusel de abdominales, testosterona y homoerotismo fusionareferentes estéticos de la antigua Grecia, el mundo árabe y las culturas orientalespara desembocar en una estética cercana al videoarte. En conjunto, una apuestadeliberadamente kitsch. Si no fuera por el nº1 de taquilla logrado por la película ensu estreno en Estados Unidos, podría parecer que estamos hablando de un filme casiexperimental.
En todo caso, la propuesta de Singh queda finalmente ahogada por su escaso brillonarrativo: el guión lo firman los hermanos Charley y Vlas Parlapanides, responsablesde la comedia indie "Everything for a Reason". El bombástico derroche audiovisualtermina atascado en una sinfonía de ultraviolencia en la que Mickey Rourke reedita sufestiva villanía de la saga de Iron Man, Freida Pinto pasea su insipidez por la pantallay Henry Cavill se presenta al gran público antes de convertirse en el nuevo Supermanen 'Man of Steel': de partida, da la impresión de que a Cavill se le dan mejor lascoreografías de acción que las escenas dramáticas. Como conclusión, podría decirseque 'Immortals' garantiza un festín para los sentidos, pero pedirle un nuevo horizontepara el cine conjugado en digital ya sería demasiado.
A favor: La alocada mezcla de elementos pictóricos y escultóricos.
En contra: Un relato demasiado esquemático, incapaz de avivar la llama de unapropuesta formal que promete más de lo que termina ofreciendo.