SensaCine adapta las notas de cada medio con una puntuación de 0.5 a 5 estrellas.
críticas de medios
El País
por Jordi Costa
The karate kid, el remake que ahora firma Harald Zwart y protagoniza un Jaden Smith con diez años menos que el Ralph Macchio original, opta por una estrategia que contradice su discurso: sacar pecho, superar al modelo con la artillería pesada de la superproducción, rodaje en Pekín incluido. El resultado es respetuoso con el original, pero su verdadero toque de distinción está en el recital dramático de Jackie Chan.
La crítica completa está disponible en El País
Fotogramas
por Nuria Vidal
"Como máximo, será recordado, a partir de ahora, como la película en la que Jackie Chan hizo un intento (conseguido) de cambiar de registro. Y es que una cosa es dar cera y pulir cera, y la otra es dar gato por liebre... o palomita por grulla".
La crítica completa está disponible en Fotogramas
Cinemania
por Toni Vall
"Tintada a ratos de un karma algo cargante, con una madre-pelele que casi nada aporta y una historia de amor adolescente cogida por los pelos, la balanza de los pros y los contras acaba equilibrada gracias a la misma fuerza de su historia, a esa épica intrínseca que revive a un moribundo igual que ese mítico método de sanación que el maestro aplica sobre la pierna herida de su pupilo en el momento cumbre de la película".
La crítica completa está disponible en Cinemania
El Periódico
por Nando Salvá
Es un disparate que este remake dure casi dos horas y media, sobre todo porque se dedica a copiar -aunque transcurre en China y debería llamarse The kung fu kid-. El metraje extra son estampas de la Gran Muralla y la Ciudad Prohibida que encantarán al ministerio chino de turismo. Pero la lacra del filme es otra: su protagonista, Jaden Smith. Primero, porque aún no tiene pelusa en el bigote, así que la angustia de su personaje resulta ridícula. Segundo, porque que sea hijo de Will Smith-productor del filme: eso lo explica todo- no lo convierte en actor.
La crítica completa está disponible en El Periódico
Metrópoli
por Francisco Marinero
"Las constantes peleas y coreografías de artes marciales ofrecen un espectáculo de acción impactante pero increíble y el drama callado del maestro es tan convencional que no conmueve al más predispuesto a la credulidad".
El País
The karate kid, el remake que ahora firma Harald Zwart y protagoniza un Jaden Smith con diez años menos que el Ralph Macchio original, opta por una estrategia que contradice su discurso: sacar pecho, superar al modelo con la artillería pesada de la superproducción, rodaje en Pekín incluido. El resultado es respetuoso con el original, pero su verdadero toque de distinción está en el recital dramático de Jackie Chan.
Fotogramas
"Como máximo, será recordado, a partir de ahora, como la película en la que Jackie Chan hizo un intento (conseguido) de cambiar de registro. Y es que una cosa es dar cera y pulir cera, y la otra es dar gato por liebre... o palomita por grulla".
Cinemania
"Tintada a ratos de un karma algo cargante, con una madre-pelele que casi nada aporta y una historia de amor adolescente cogida por los pelos, la balanza de los pros y los contras acaba equilibrada gracias a la misma fuerza de su historia, a esa épica intrínseca que revive a un moribundo igual que ese mítico método de sanación que el maestro aplica sobre la pierna herida de su pupilo en el momento cumbre de la película".
El Periódico
Es un disparate que este remake dure casi dos horas y media, sobre todo porque se dedica a copiar -aunque transcurre en China y debería llamarse The kung fu kid-. El metraje extra son estampas de la Gran Muralla y la Ciudad Prohibida que encantarán al ministerio chino de turismo. Pero la lacra del filme es otra: su protagonista, Jaden Smith. Primero, porque aún no tiene pelusa en el bigote, así que la angustia de su personaje resulta ridícula. Segundo, porque que sea hijo de Will Smith-productor del filme: eso lo explica todo- no lo convierte en actor.
Metrópoli
"Las constantes peleas y coreografías de artes marciales ofrecen un espectáculo de acción impactante pero increíble y el drama callado del maestro es tan convencional que no conmueve al más predispuesto a la credulidad".