Película con unos grandes efectos especiales y sonido espectacular sobre todo en las tranformaciones a hombre lobo, muy bien realizadas y sobrecogedoras. este aspecto de la cinta no se suele destacar demasiado por la euforia adolescente que desatan sus protagonistas. Mientras la chica, la glauca Bella, ha de decidirse entre vampiro u hombre lobo (¡menuda elección tan complicada!), nuestro protagonista tradicional de la saga Crepúsculo, el inefable Edward Cullen, pierde puntos contra el segundo protagonista y no menos importante en el ranking de las quinceañeras jovencitas, el hombre lobo Jacob Black. Y es que las hormonas son las hormonas y no se puede luchar contra tanto pectoral enseñado, eso sí, de forma gratuita durante toda la cinta. Es digna de verse, aunque no seas un adolescente, y la banda sonora es tan buena como la de la primera parte.