La sombra del ciprés es alargada

Pedro, un niño de nueve años, acompañado por su tutor, entra a vivir en casa de Don Mateo (Emilio Gutiérrez Caba), maestro autodidacta que, a partir de ese momento, será el encargado de la educación del infante. Pedro consolida rápidamente su relación con doña Gregoria y Martina, esposa e hija, respectivamente, de su maestro. Un nuevo como compañero de habitación y de estudios, llamado Alfredo, aparecerá en la vida de Pedro para completar su entorno y moldear lo que será su vida en un futuro. Las enseñanzas de su maestro sobre la vida y la muerte, las relaciones sentimentales que está forjando y la monacal vida que lleva, influirán de forma definitiva en su formación como persona.