Una tontería de plan y de película
por Israel ParedesPrimer y único largometraje hasta el momento de Alan Poul, 'El plan B' se inserta dentro del género de la comedia de embarazo problemático: Zoe (Jennifer Lopez), no encuentra al hombre de sus sueños (pobre...) y decide acudir a una clínica de inseminación artificial para poder, de este modo, quedarse embarazada y tener una familia sin necesidad de hombre alguno en su vida. Ese es el plan A y no pinta mal. Pero el mismo día en que acude a la clínica Zoe conoce a Stan (Alex O'Loughlin), quien se muestra desde el principio como el hombre ideal. Y, entonces, Zoe debe idear el plan B que da título a la película, esto es, incluir a Stan en sus planes. En fin, una comedia cuyo planteamiento era tan interesante como cualquier otro (bueno, en realidad tampoco es para tanto) y que Poul se encarga de destrozar a través de una película insulsa, aburrida, sin alma, llena de lugares comunes y pretendida reflexión sobre la maternidad, la pareja, la familia y otros temas importantes pero que quedan diluidos en una obra a la mayor gloria de Lopez. Pero el mayor problema de 'El plan B' es que, comparada con otras películas de su mismo perfil y que poseen la misma falta de interés, presenta más de una situación que produce sonrojo y vergüenza ajena (el parto naturista es inolvidable por desagradable, mal rodado, enfático, feo...). Queda el final, que posee algo de gracia, porque es una suerte de reprimenda a los dos personajes, a cual más estúpido.
A favor: El perro.
En contra: Todo lo demás.