Documental que muestra la situación ocurrida en 2002 en el pueblo de Aguaviva, Teruel. Un pueblo que desde hace años acarreaba un escaso nivel de población y que con el fin de poner remedio a esto, se vio obligado a reaccionar ante su posible extinción. Su alcalde, preocupado por la situación, comunicó por la radio de Buenos Aire su propósito de repoblar el municipio y prometió a familias extranjeras, principalmente de Argentina, un trabajo y una vivienda con la condición de residir en el pueblo como mínimo 5 años, previa firma de contrato. El largometraje muestra de manera realista, espontánea y natural las experiencias de los nuevos habitantes que dejan atrás todo y de los lugareños que los reciben de manera reticente.
Resumidos en 95 minutos veremos el día a día de una familia argentina que abre un restaurante a las afueras del pueblo, una chilena madre de cinco hijos que debe criarlos sola a la espera de su padre que se quedó en su país y los antiguos habitantes del pueblo, en su mayoría personas mayores un tanto reacias a la llegada de los forasteros. La convivencia e integración será algo difícil entre los diferentes grupos que chocarán al mezclarse los dispuestos a rehacer su vida con los que ven sus costumbres amenazadas.