La película se plantea como un viaje a un lugar imaginario... Narragonia. El viaje se realiza a bordo de un barco construido en 1916, en el cual viajan 9 artistas de distintas partes del mundo, presentando su espectáculo teatral en distintos puertos y pueblos. Durante los años 1998-99 y 2000 seguí la travesía de este grupo. Los visite en Mallorca, Galicia, Portugal, Holanda, Francia, Islandia... además de Barcelona donde conocí a la compañía. Lentamente fui captando su forma vital, el ritmo de su trabajo y la dinámica de sus conflictos cotidianos. Desde el principio tuve la convicción de que tras esta forma de vida se anidaba una valiosa descripción de nuestro tiempo, mas aunque era posible realizar un paralelo entre el barco de los locos de la edad media y el actual, que la gran diferencia entre ambas épocas era que el rol todo poderoso que tenia en el medioevo el dios de la religión católica lo juega hoy el dinero, mas concretamente las invisibles cadenas del mercado y el absoluto control de la globalización.