El director Terry Gilliam, realizó más de treinta pruebas para elegir al actor perfecto que encarnara a Jill en la película. Entre ellos destacan los nombres de Jamie Lee Curtis, Rebecca De Mornay, Rae Amanecer Chong, Joanna Pacula, Rosanna Arquette, Kelly McGillis, Ellen Barkin, e incluso consideró a Madonna.
En 1985 la película obtuvo dos nominaciones a los premios Óscar de la Academia como Mejor Guión Original y Mejor Dirección Artística.