Ben Sanderson (Nicolas Cage), un guionista alcohólico, acaba de perder su trabajo en Hollywood debido a que sus problemas con la bebida afectan a su rendimiento. Sin amigos y sin familia, decide ir a Las Vegas con el propósito de beber hasta morir. Nada más llegar a la ciudad, conoce a Sera (Elisabeth Shue), una atractiva prostituta que trabaja en la calle de la que se queda prendado.
El film presenta una triste historia de amor, la cual muestra cómo y en qué medida, incluso en situaciones de extrema desesperación, se puede encontrar alivio y consuelo dando y recibiendo amor. Un romance de dos personas desamparadas, desasistidas y totalmente atormentadas. Una relación de respeto mutuo donde no se imponen condiciones y donde ambos se dan libertad y respeto.
Una relación sana, limpia, auténtica, libre, todo surgido en los confines del mundo, y afecta a dos personas no muy cualificadas precisamente, lo que demuestra que el amor a veces es sólo comprensión.
Ben tiene una posición estoica en la relación, y Sera no es menos aceptando la voluntad de él. Ella sabe que algún día no estará más, seguirá adelante pero su vida ya ha cambiado, sabe lo que es el amor verdadero.
Como he dicho superpone dos historias dramáticas. Ben está inmerso en un proceso autodestructivo de alcohol y recuerdos, no quiere ni puede salir de ahí, ni siquiera por la vía del suicidio rápido. Muestra los niveles de degradación a los que alguien puede llegar, desvaríos, malas decisiones, mala salud y alucinaciones etílicas. Una descripción seca, despedazadora e increíblemente realista. Sin esperanza ni rumbo, vagará entre alcohol y bares esperando a terminar de quemarse.
También vemos un sucinto pero efectivo análisis del mundo de la prostitución. Un mundo de perversión, violencia, abusos, fetiches... y la prostituta, siempre una mujer de escasa educación y formación y quien no ha tenido oportunidades en la vida, y muchas obligadas a ejercer este trabajo por coacciones o violencia. Un mundo asqueroso, depravado y sin pretextos.
Una película que define al amor como algo sin condiciones, que no busca ventaja ni interés, libre y sin dependencias. Es entrega, aceptación y respeto. Te puede salvar a ti mismo a la vez que hunde a la otra persona, nuestros protagonistas no encuentran la autosalvación y no quieren depender del otro, así que se hunden solos antes de arrastrar al prójimo. Se quieren pero su vida no tiene vuelta atrás, y prefieren no tenerse a hacerse daño indirectamente entre ellos, dejarlo todo en un bonito cuento de hadas antes de que todo se corrompa por sus estilos de vida
Increíbles Nicolas Cage y E. Shue, merecidos los Oscar.