La teta asustada es de esas películas que cuando sales de la sala, no sabes qué decir. Te conmueve mucho todo lo que les pasa a los protagonistas, el mundo en el que tienen que vivir, te hacer replantearte muchas de las cosas a las que en este mundo tan materialista le damos tanta importancia, y que, por supuesto, hay mucha gente que no tiene nada y que sufre por no tener bienes materiales, pero más por no tener afecto, y que de ninguna manera son peores que nosotros, al contrario: son mejores, unos luchadores de la vida, ya que enfrentarse a los contratiempos de la vida, a las penurias, a las personas, a la vida en general demuestra mucho valor, sobre todo en situaciones tan duras como las que se nos enseña. Nos muestra cosas que no queremos ver. La mirada de la protagonista es penetrante.
Una única pega, en los diálogos había muchas veces que no los entendía por la rapidez con la que hablaban.