Una película muy recomendable de ver, impresiona cómo una persona puede parecerle encantadora a una determinada clase de gente y a otras puede resultar abominable sin realmente hacerle nada ofensivo pero sí despreciativo, quizás por un trauma producido por falta de cariño en algún de momento de su vida. Esto se ve reflejado a lo largo de su vida profesional, cómo se puede querer a una persona como si fuera tu hija y, con el paso de los años, llegar a repudiarla y tenerle una enorme envidia y, de ese modo, hacerse taciturna y escurridiza con la gente hasta que llega una persona que sabe sacar lo mejor de ella y hace que vuelva a ser la misma persona de siempre, querida y que quiera. Está claro que lo que nos hagan sentir en la infancia nos repercute en la adolescencia. En resumen, una buena película con una moraleja que no debemos obviar.