Robert es un sheriff justo y razonable, que un día es puesto contra las cuerdas y, durante una trifulca, mata accidentalmente a un joven que luego resulta ser el hijo de uno de los hombres más peligrosos de la ciudad, un pistolero que enloquecerá ante la muerte de su vástago. Robert lo lamenta profundamente, pero el pistolero naturalmente no atiende a razones y, en represalias, raptará al propio hijo del sheriff. Esto conducirá a una lucha sin cuartel entre ambos, que deparará resultados aún más sangrientos.