Por No es País para Críticos
Se ha convertido en modus operandi de las distribuidoras a la hora de vender una película, hablar de ella como una obra inadaptable al cine. Está claro que es por el poder de marketing que esto tiene entre el gran público. Se ve que la gente estupefacta ante tal hecho, no tienen más remedio que acudir en masa a las salas y satisfacer su gran curiosidad, ya que les viene funcionando y muy bien. Es el ejemplo de 'La vida de Pí' (2012), un film que tuvo un éxito total tanto en taquilla como en los Oscars, y que no es más que un pastiche de filo-moralina oriental a la occidental con buenos efectos especiales, algo así como el 'Within You Without You' de los Beatles o las bolas de cerdo agridulce, salvando que estos últimos si producen satisfacción a nuestros sentidos.
Si bien es cierto, que solo ser una obra inadaptable al cine no te basta para garantizar el éxito. Además hace falta un director o reparto con renombre, el apoyo de la crítica y el efecto dominó de los espectadores. 'El atlas de las nubes' (2012) con los hermanos Wachowski y Tom Tykwer a la cabeza, y un reparto plagado de estrellas como Tom Hanks o Halle Berry, lo tenía todo para triunfar. ¿Todo? No, le faltaba el apoyo de la crítica. Y este podemos decir que ha sido su mayor lastre, la incomprensión total de la obra por parte de la crítica, y del público que así y todo ha decidido ir a verla. ¿Visionaria? ¿adelantada a su tiempo? ¿revolucionaria? el paso de las décadas lo dirá, pero desgraciadamente, lo que tenemos hoy día es una de las películas más denostadas de 2012.
En la obra hay seis historias relacionadas que van desde 1849 al 2346, cada una de distinto género cinematográfico pasando por el drama histórico, hasta el romance, el thriller político, la comedia absurda, el futuro distópico y el futuro post-apocalíptico, y en la que en cada una aparece un rol de personaje determinado, siendo estos: el idealista, el aprendiz, el creyente, el débil oportunista, el inocente iluminado, el hombre común, la encarnación del mal y el despiadado líder, interpretados siempre por el mismo actor. Estas se entremezclan en un fabuloso montaje que mantiene todas las historias al mismo ritmo (¿Ocars, dónde estás?). Los actores principales interpretan diferentes papeles en cada una de las seis historias, protagonizando uno de ellos cada uno. La labor de estos es encomiable, tanto por la calidad como por la complejidad del trabajo. La ambientación de cada historia, acompañada de una de las mejores Bandas Sonoras del pasado año, es una auténtica maravilla. También hay maquillajes que rozan la perfección y maquillajes que dan vergüenza ajena, a Tom Hanks por poco se le cae la nariz en alguna escena. Y unos grandes efectos especiales que dan rienda suelta a la imaginación y dan lustre a las poderosas imágenes que posee el film. Solo le puedo sacar un defecto, y es que las historias no terminan de ser redondas a pesar de los 172 minutos de metraje.
En el contexto de la época actual, en la que parece que nada se puede hacer y en la que el pez grande, siempre se come al chico, todo sirve de telón para contar una historia de revolución cargada de mucha filosofía. Una historia en la que los personajes se sobreponen a las circunstancias impuestas y luchan, cueste lo que cueste, por la libertad. En las que sus almas van viajando a lo largo de seis historias. Nos habla del karma, de la interconexión de todas las cosas, de la naturaleza humana, del opresor y el oprimido, de las elecciones que tomamos y de sus consecuencias. De ésto trata la película, si no lo comprenden, saldrán pegándose tiros de la sala, como el caballero que estaba sentado delante mía, o como la mayoría de los críticos. Como siempre, nos acompañan la filosofía Wachowski y sus referencias.
Cuando uno ve 'El atlas de las nubes' hay una cosa que le queda clara. Es una de las producciones más ambiciosas que se han hecho, y con esto no quiero decir pretenciosa. Es una obra de arte con calado, que tendrás que ver una y otra vez para ir desgranando poco a poco. Es una película difícil, que te exige el máximo. Digamos que se pone piedras en su propio camino hacia el éxito. Y es una de las cosas que más me frustra. No es la mejor película de la historia, pero si una obra de arte que no se merecía el trato que se le ha dado. El único consuelo que me queda es que un día se la redescubra y coloque en el sitio que se merece.
Imprescindible para todos los públicos, siempre y cuando estén dispuestos a reflexionar sobre lo que están viendo, si no caerán en el más profundo estupor ante la incomprensión.