Una verbena en un barrio madrileño. Don Paco, el dueño de la barraca de fenómenos El Palacio de las Maravillas, anuncia varios números con artes de charlatán. Sus números estrella son Stella Matutina, una cabeza parlante, y una mujer barbuda que canta cuplés. Levinsky, un aventurero extranjero, le exige a don Paco que le liquide unos pagarés pero como éste no puede cumplir, el aventurero le hace firmar a cesión de la Stella Matutina para llevarla a América. Stella, enamorada del encargado del tiovivo, canta su pena. Pero los enanos de la barraca descubren que Levinsky es un fugado de presidio, convicto por trata de blancas y asesino de una trapecista. Los fenómenos se toman la venganza por su mano.