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    Escuadrón suicida
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Escuadrón suicida

    La liga de los villanos extraordinarios

    por Alejandro G.Calvo

    Escuadrón Suicida arranca allí donde Batman v Superman: El amanecer de la justicia (2016) terminaba. El héroe con capa ya no surca los cielos, así que la Tierra anda corta de justicieros frente a la avalancha de metahumanos (de mal carácter) que han surgido (como moscas) en los últimos tiempos. La Liga de la Justicia, por el momento, es solo un proyecto en la mente del Bruce Wayne con la barbilla de Ben Affleck. Así que la solución, como ya es sabido, es juntar a un grupo de supervillanos -con una bomba incrustada en el cuello para poderles controlar- y obligarles a realizar misiones encubiertas de alto riesgo: Deadshot, Harley Quinn –lo mejor de la película de largo-, Killer Croc, Capitán Boomerang, Diablo, Encantadora, Katana y Slipknot. Fin de la sinopsis.

    La apuesta básica de la película es insuflar algo de gracia (y un poco de color) al tan criticado tono sombrío del universo DC-Warner, dotándolo de una simpática contra-JLA de la que quizás puedan surgir nuevas películas dedicadas a los protagonistas por separado. El cine de entretenimiento ya no hace películas aisladas, todo tiene que formar parte de un conglomerado mayor del que poder seguir ordeñando títulos que sirvan para animar la taquilla. Guste más o menos, la culpa real no es de la industria, sino de los espectadores. Son ellos los que han colocado en lo más alto del Box Office mundial a películas como Fast & Furious 7 (2015), Jurassic World (2015) o Vengadores: La era de Ultrón (2015), por citar tres de las películas más taquilleras del año pasado; así que la industria responde en consecuencia.

    La operación de marketing del universo DC es acertada: Escuadrón Suicida, aunque sólo sea por el chipotle que resulta Margot Robbie como Harley Quinn, ya es mucho más divertida que las películas de Zack Snyder sobre el Hombre de Acero. Ahora, ¿es mejor película?. Ya escribí en su día un texto defendiendo el concepto operístico de Batman v Superman, así como su voluntad de alejarse lo más posible del espíritu lúdico de los films de Marvel. Y es que por si no fuera bastante la saturación de títulos con superhéroes que sacuden nuestra cartelera, sólo faltaría que fueran todos iguales. Por lo que vale la pena resaltar que el film de Ayer no es tan rupturista como se esperaba: se mantiene cierto tono dramático así como la oscuridad, presente a lo largo de todo el metraje, en la que se desarrolla la acción; e incluso se permite poner en escena, con acierto, el romanticismo exacerbado existente en la relación de amor que ata a Harley Quinn con el Joker.

    Escuadrón Suicida busca, y consigue, ser un producto pop de consumo rápido y escasas aspiraciones trascendentales. De lo que se trata es de ver a tipos duros y mujeres letales con estrafalarios disfraces y un variopinto arsenal de armas –Harley Quinn, de nuevo, es el personaje que posee los mejores gadgets- cascando a todo tipo de entes paranormales. Su desparpajo, grosería y espíritu naïf lo acercaría a tracas pulp del corte de La liga de los hombres extraordinarios (2003) o, aún mejor, los Batmans dirigidos por Joel Schumacher, aunque con un acabado formal donde Ayer impone cierto rigor esteta, especialmente en las secuencias de acción de la cinta. En el apartado de contras es imposible no citar a esa villana que tanto recuerda al Skeletor de Frank Langella o al suavizado moral que le impone Will Smith al personaje de Deadshot –un auténtico hijo de mala madre en los cómics-. Es una pena porque un poco más de mala baba le habría sentado la mar de bien a la película.

    A favor: Margot Robbie

    En contra: Los prejuicios con que parte de la crítica abordan los títulos fílmicos de DC

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